Todo sube. Definitivamente todo, menos el salario. El patrono cada vez busca más oportunidades de emplear al mínimo y, por supuesto, a tiempo medio. Todos quieren ganar más allá de la inversión. El dueño de la empresa quiere aumentar sus arcas y las de nadie más. Ahora la excusa es la crisis.
Hace poco, al solicitar un aumento irrisorio, un exjefe me dijo: “…sabes cuánta gente hay sin trabajo por ahí”. ¡Claro, una amenaza implícita! Su mensaje decía: “Cabrón no jodas que la fila para sustituirte es larga. No vales más que cualquier otro que toque la puerta”. Por supuesto, esta maldita crisis hace que uno se atragante con su orgullo profesional, se haga de oídos sordos y continue estirando la mano para que el jefe le tire unas monedas. No queda de otra, si no, pues no se come.
Entonces, la iniciativa de autoemplearse se ve lejana. La inversión inicial es difícil de conseguir, incluso en préstamos. Además, el gobierno se encarga de ponerte todas la trabas que se le puedan ocurrir. Por supuesto, no es que sea imposible, pero sí que es complicado. Y todo empeora cuando no puedes parar de trabajar para otro hasta que el negocio esté estable. Difícil, muy difícil. Mientras, pretenden que se sobreviva con un chiste mensual.
Salario mínimo: $7.25.
¿Qué podemos hacer con eso? Medio galón de leche, $3 y un cereal barato, usualmente con más azúcar que cereal, $3.79, súmale IVU = $7.26. Esto significa que tienes que trabajar más de una hora para poder comerte un cereal de desayuno. Cada minuto de esa hora vales .12¢. Pensar que la vida se te puede ir en un segundo y ese segundo cuesta menos de un chavito prieto.
Mas, si da la casualidad que trabajas full-time al mínimo, logras hacer, brutos, $1,160 mensuales. A eso quítale las obligaciones con el gobierno como el Seguro Social y los impuestos. Te quedas, tal vez, con $980.
Ahora recuerda, tienes que pagar luz ($80), agua ($40), teléfono ($50), comida ($200), alquiler ($400), gasolina ($80), misceláneos, entiéndase: artículos de higiene personal, detergentes ($30). Todo suma $880, por lo que sobran $100. ¿Qué hacer con esos $100? Tal vez pagarte el plan médico más barato que encuentres ($70-$80) y si lo haces te tienes que sentar a rezar para que no te pase nada porque te estás quedando con $20 y el deducible nunca es menos de $10.
Además, sabes que habrá meses en los que tienes que comprarte ropa, ni modo, en esta sociedad no es permisible andar desnudo. Y ojo, que de seguro, tuviste que en algún momento pedirle prestado a alguna financiera para una ocasión especial. Tal vez te compraste un carrito del ‘98 o ‘02 y lo tienes que pagar. Así que el plan médico se ve más lejos.
¿Cine? A lo mejor una vez cada cierto tiempo puedes ir al cine, aunque son mínimo $8 la entrada, eso es una hora de trabajo. Si comes popcorn, el combo mediano es casi $6. Así que las dos horas de película te cuestan dos horas de trabajo, suena equitativo. Aunque se oye mejor: 3 películas por $5 en el pulguero, total, son casi estrenos.
¿Comer fuera? Bueno, dentro del presupuesto de “comida” hay dos o tres salidas a fast foods. Probablemente un día puedes salir y pagarte una cena en alguna cadena como Chilis, pero no tomes alcohol porque se te va a virar el mes patas arriba. Entonces, recuerda cortar gastos de alguna parte, puedes rendir más el shampoo o no comprar acondicionador.
¿Qué tal si decides tener una familia? Más vale que ambos trabajen y que no tengan hijos porque la cosa se pone pelúa, bien pelúa, si mantienes el mismo estilo de vida. Si te quedas con los mismos gastos de soltero y le sumas un salario, la cosa puede mejorar. Eso sí, los planes de superación tienen que esperar un poco más. Lo más probable un solo carro no sea suficiente, la compra tenga que ser doble, los misceláneos se tengan que comprar más seguido.
OJO: los métodos anticonceptivos no son económicos, a menos que tu compañera esté dispuesta a descontrolar todo su sistema hormonal con las pastillas que ofrece “a bajo costo” el gobierno. También puedes usar condones, aunque están caritos. Una posibilidad es que no lo hagan tan frecuente y que lleven calendario de fertilidad (si ella es regular) y, pues, dejar que la alegría se pronuncie afuera. Repito: NO TENGAN HIJOS. Aguanta la presión de toda la sociedad preguntándote por los hijos y la de tus padres y suegros solicitando un nieto.
Piensa, si trabajas y ganas el mínimo, no cualificas para ningún tipo de ayuda gubernamental. Así que si la familia aumenta vas a estar fastidiado. Decide: trabajas al mínimo o te vas de mantengo. Claro, siempre puedes hacer unas chiripitas por el lado o trabajar full por debajo de la mesa. También puedes cruzar el charco. Medio mundo lo está haciendo.
¡Quién sabe, allá podrías llegar a tener tu propia casita! Eso no es na’, después puedes volver y comprarte un terreno.
| Escrito por: Xavier Toledo (@x_toledos)
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Ya no trabaja de bibliotecaria, fue aprendiz de socióloga y piensa en voz alta en la sección de PUERTO RiiCO en QiiBO.com
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