Seguimos avanzando y The Crown continúa sumergiéndonos en el drama. Finalmente se celebra la ceremonia de coronación. Una muerte. Un matrimonio que continúa sufriendo los estragos de la corona. Elizabeth debe aprender a poner el deber por encima de todo y mucho más. Aquí te resumimos los próximos tres episodios de The Crown: Smoke and Mirrors, Gelignite y Scientia Potentia Est.
» Recuerda que también puedes leer nuestros resúmenes de los episodios anteriores de The Crown: Wolferton Splash, Hyde Park Corner, Windsor y Act of God.
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Episodio 5 −Smoke and Mirrors
Un joven George VI practica su discurso con Elizabeth antes de su coronación. Lo vemos mostrando la dificultad en el habla por la que se le caracterizó. La coronación de Elizabeth esta cerca y los recuerdos de su padre la invaden en este momento tan importante. George habla de lo pesada que es la corona, aun más cuando se le añade el peso simbólico. Elizabeth es tan solo una niña y no comprende bien lo que está pasando mientras su padre se mira al espejo derrotado por la maldición de la corona.
Vemos que Elizabeth aún no cae en tiempo cuando pregunta si puede coger prestada la corona para practicar con ella su postura. “¿Tomara prestada? ¿A quién?, le pregunta su mayordomo confundido. Si no es suya, de quién es?”.
Philip continúa sumergido en su nuevo pasatiempo. Elizabeth decide que para poder pasar tiempo juntos desea hacerlo miembro en el comité de coronación. Esto no es recibido como una gran idea pero la reina lo logra. Philip no se muestra reacio a la idea pero rápidamente se motiva pensando que podría ser una buena oportunidad para hacer de esta coronación una más amena.
El duque de Windsor aprovecha su resurgimiento del exilio después de la muerte de su hermano. Ahora se dedica a prestarse al faranduleo para sacar un par de chavitos. La entrevistadora está curiosa por ver cómo vive el una vez rey. ¿Dónde están las fotos con la corona? Su papel como rey es minimizado cuando este le dice que nunca llegó a ser coronado. Un rey sin corona. Meh.
En alianza de Tommy, el secretario de Elizabeth y del difunto rey, la reina madre sigue tratando de evitar que el duque forme parte de los eventos de la monarquía. Este llega con la excusa de que vino a ver a su madre, la reina Mary, que ha mostrado mejoría. Como de costumbre envía cartas a su esposa contándole lo mucho que aborrece tener que pasar este tiempo con su madre. Una mujer que lo ha aborrecido toda su vida y que no merece tanta compasión de su parte. En su tono se ve que está loco que se muera.
Edward es llamado por el arzobispo en un complot con Tommy, en nombre de la familia, la iglesia y el gobierno para dejarle saber que la asistencia de su esposa no será bienvenida en la coronación. Esta es una mera jugada para evitar que Edward asista. El duque intenta abogar por él, por su esposa y por el amor. Una vez más queda derrotado. Enfurecido e indignado decide que se va pero no sin antes dejarle saber hasta al arzobispo y a todos en el cuarto lo que cree de cada uno. Edward quedará eternamente en duda de lo que es asistir a una ceremonia de coronación.
La salud de Doña Mary se deterioró rápidamente y falleció. Edward siente la pena, después de todo era su madre. Aún así no se permite afligirse por la mujer que más que madre fue una de las que le dio la espalda y lo llevó a vivir exiliado.
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Philip comienza a trabajar en el comité de coronación. Llega positivo y con el deseo de que su esposa tenga la mejor coronación. Los tiempos han cambiado y Philip propone que hay que adaptarse y sensibilizarse, darle al pueblo parte en algo que jamás ha sido compartido con los mortales. La propuesta de televisar la ceremonia es una idea descabellada para aquellos que llevan años rigiéndose por la tradición arcaica de la monarquía.
Una vez más Elizabeth y Philip dan pie al el “tira y jala” entre ellos y el consejo, poniendo a Winston en el medio como intermediario. Elizabeth pide consejo a Winston y esta vez vemos a un Winston un poco mal humorado. Cualquiera en su posición estaría igual. ¿Qué tú c rees Winston?, le dice la reina. “No, no. Qué crees TÚ? Tú eres quien debe decidir. Nosotros simplemente te seguimos.”, le contesta Winston insinuando que ya es hora que se pare con sus propios pies y comience a tener seguridad en su propia voz.
Philip se mostró como un hombre de mente abierta pero rápidamente vemos como le afecta tener que admitir que después de todo no es igual a Elizabeth. Este se niega a tener que arrodillarse ante ella en la ceremonia de coronación. Esto sería un golpe fuerte para su orgullo y demostraría debilidad. Elizabeth intenta ponerse fuerte y dando los primeros pasos para dejar de hacer lo que quiere sino lo que debe.
Llegó el día de la coronación y Edward como todos los mortales ve la coronación a través de una pantalla. Desde su casa intenta sentirse parte de la tradición. Conversa con sus invitados y en tono sarcástico da detalles de lo que está pasando allá. Mientras alardea y ridiculiza todo a lo que renunció, vemos a un Edward con una mirada devastada. Está lleno de dudas. El “what if” es una cosa grande, señores. Ahora lo carcome. Sus invitados le cuestionan cómo es posible que haya renunciado a tanta grandeza. Edward vuelve en sí y admite que lo dejó todo por algo igual de grandioso, amor.
Ahora Elizabeth es oficialmente reina. Su coronación es un acto sagrado que la ha inmortalizado hasta el fin de nuestra historia. Elizabeth reina ya dejó de ser de ella. No le pertenece a su esposo. Esta ceremonia simboliza un nuevo matrimonio con Dios, con su pueblo y el deber. Philip finalmente juramenta ante la reina doblegándose ante ella. Lo hace aunque en la mirada se le note que lo está matando. Debe recordar lo que le dijo el rey antes de morir y así sea por amor o patriotismo también debe cumplir.
Episodio 6− Gelignite
Una nueva era ha comenzado en la coronación de Elizabeth. Ahora que la reina es la mujer más famosa del mundo y todos los ojos están sobre ella y su familia, están en riesgo de tener cada detalle destapado por la prensa. El secreto de la princesa Margaret sobre su romance está en peligro de ser descubierto. Esto amenaza con aniquilar la simpatía de la corona con los seguidores, la iglesia y el gobierno. Margaret decide invitar a su hermana a cenar para pedirle su aprobación para casarse con Peter.
Como contraste, mientras Peter y Margaret se unen más en su inquebrantable amor. Philip y Elizabeth tratan de sobrevivir. Philip ha cambiado. Ahora se dedica menos a los nenes y cada vez se aleja más de Elizabeth. Ahora vive como todo un solterón, jangueando con sus amigos y llegando borracho a toda hora del día y de la noche.
Elizabeth como una reina joven e inexperta, está abierta a que su hermana logre su felicidad con el hombre que ama. Olvidando que más que ser hermanas forman parte de una familia obligada a regirse por la ley. Este episodio abunda en el tema del romance de Margaret. Una vez más la reina debe interceder por su familia y sus intereses personales. Desde el inicio de la temporada este ha sido la orden del día. Como hermana, la reina intenta interceder y defender a su hermana a toda costa y servir de intermediaria para que todos puedan quedar contentos. Elizabeth, ¿la abuela no te advirtió de esto?
Por más que la reina intente buscar la mejor manera de resolver el asunto de Margaret sin que cause mucho daño, no hay manera de que se llegue a un acuerdo. La iglesia no lo acepta. El gobierno tampoco y la familia teme que la monarquía vuelva a sufrir el daño que sufrió con el duque de Windsor. Tommy aconseja que esperen hasta que Margaret cumpla 25 años para que esté libre de no requerir el permiso de la reina y así no se afecte la corona. Esta es la única manera. Margaret y Peter acceden a sacrificarse por el bien de Elizabeth. Peter se irá a Bruselas por dos años, hasta que Margaret cumpla 25. Todo con la condición de que les permitan pasar unos días juntos antes de la separación. Tú sabes, para hablar y eso.
Contrario a lo anticipado, la prensa y los seguidores reciben muy bien el romance de Peter y Margaret. Elizabeth se llevó a Peter para despistar mientras Margaret se fue sola a cumplir con el compromiso al que Peter la acompañaría. En el viaje con la reina, la prensa y los seguidores muestran una eufórica acogida a Peter. Los celos por la atención que la relación de Peter y Margaret ha causado, lleva a la reina a actuar prematuramente incumpliendo la promesa que le hizo a su hermana cuando envía a Peter a Bruselas antes de que pueda despedirse de Margaret. La tensión entre las hermanas crece cuando Margaret le deja saber a Elizabeth que así como ella falló en protegerla, ella hará lo mismo. Elizabeth ha cometido un error que la ha llevado a ganarse el desprecio de Margaret, la prensa y los seguidores.
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Episodio 7 −Scientia Potentia Est
Elizabeth desde niña tuvo que aprender sobre la monarquía y sus cosas. No tuvo una educación común en la que aprendiera de ciencia, matemáticas u otros asuntos del mundo común. Según su tutor estas materias eran indignas para alguien como ella. Para terminar de alimentar la inseguridad de Elizabeth, esta se da cuenta que no tiene la capacidad para mantener una conversación normal. En su nueva linea de trabajo esto es sumamente importante para ella. Detesta la idea de tener que continuar manteniendo conversaciones superficiales para disimular que realmente no tiene idea de lo que pasa alrededor de ella.
El pronto retiro de Tommy como secretario le da esperanza a Elizabeth de volver a tener a Martin como su secretario. La Unión Soviética tiene a Winston nervioso y le presenta la situación a la reina. Winston no está bien de salud y envía a Anthony como Secretario de Asuntos Externos a Washington para que ambas naciones puedan planificar como mejorar las relaciones con los soviéticos.
Anthony queda inútil tras empeorarse su salud de camino a su reunión y requerir una operación de emergencia que le impedirá fungir como secretario por un tiempo. Por otro lado, Winston está consciente pero encamado e imposibilitado de resolver el conflicto que amenaza las relaciones con los soviéticos o de asistir a sus reuniones con la reina. El asunto de los rusos queda ahora en manos de la reina que recurre a su nuevo tutor para que la ayude a empaparse de información antes de su reunión y no quedar en ridículo.
Tommy intenta intimidar a Martin para que no acepte la oferta de la reina. No es la primera vez que Tommy intenta manipular a los demás para que las cosas salgan según planeado. Es difícil descifrar si lo hace por interés personal, celos o porque simplemente está muy comprometido con el deber.
Winston queda inconsciente pero se niegan a dejarle saber a la reina que actualmente su gobierno es como un barco a la deriva sin capitán. En un momento de buscar consejo fuera del palacio recurre al secretario de Winston. Su reunión no tiene nada que ver con Winston. Ella solo quiere saber si él cree que Martin sería un buen secretario para ella. Este nervioso le confiesa todo lo que ha pasado con Winston sin darle oportunidad a ella de hacerle su consulta. Olvídate del secretario. ¿Que Winston qué?
Elizabeth está indignada. No sabe cómo manejar la situación y ahora se desahoga con su tutor. El tutor que aunque sabe todo de las materias al final del día no sabe tanto como ella de la constitución. Elizabeth recibe el impulso de confianza que tanto necesitaba. Después de todo, su educación aunque muy poco convencional, fue la ideal para que supiera manejar este tipo de situaciones. Solo ella sabe. Solo ella puede.
En una de las mejores escenas de la temporada vemos a Elizabeth transformarse ante nuestros ojos. Tras darle el regaño de su vida a Lord Salisbury y dejarlo con ojos llorosos, lo deja irse con el rabito entre las patas. Winston le sigue y con asistencia llega donde su reina. Elizabeth se muestra fuerte y segura. Decidida a defender su título y la seguridad de su pueblo a toda costa no importa contra quien. Este conmovedor encuentro entre Winston y la reina nos hace asimilar, al igual que Winston, que ya esta lista para reinar.
Desde muy niña descubrí que el cine sería una de mis más grandes pasiones y aspiro a transmitir la misma pasión a cada testigo de mis escritos. Amante del cine en toda su gloria y traiciones. Siempre busco esa obra que logre evocar grandes emociones, ya sea a través de su dirección, su historia o sus actuaciones. Cuando estas últimas se alinean en armonía todo se vuelve magia y la espera habrá valido la pena.
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