“Welcome to Briarcliff” y al primer resumen/reseña de la segunda temporada de American Horror Story: Asylum. Como saben, en QiiBO les hablamos de teconlogía, cine y Puerto Rico y hasta hoy la única serie que se había colado era Game of Thrones (pfff! ¿cómo no?), pero a partir de esta entrada añadimos esta producción que dio mucho de qué hablar y consiguió montones de seguidores entre los cuales nos incluimos unos cuantos del team QiiBO. Sin más preámbulos, empecemos a hablar de lo que fue un frenético y definitivamente extraño comienzo de temporada.
Antes de conversar sobre “Welcome to Briarcliff”, y por si se habían preguntado: no, no es necesario haber visto la primera temporada de American Horror Story ya que los productores han dejado saber que cada temporada será una historia contenida en si, con comienzo y final propio, algo que aunque no es necesariamente nuevo, no es a lo que estamos acostumbrados. De todos modos les recomiendo le den un vistazo a la primera que ya está disponible en DVD/Blu-Ray. Hablando de los productores, Ryan Murphy y Brad Falchuk, son los mismos que también están detrás de la exitosa Glee, sin embargo, con esta serie han demostrado que pueden trabajar distintos géneros aunque ambas producciones comparten una falta de sutileza que les funciona la mayor parte del tiempo, pero no siempre.
Si quisiera usar una sola palabra para describir este comienzo de Asylum es “desquiciado”. Al igual que el debut pasado, este año nos bombardearon con más imágenes, misterios, personajes, personalidades y demencia (pun intended) de lo que esperábamos o quizás hasta más de la que podemos aguantar en una hora. American Horror Story nunca pretendió ser un clásico de TV ni mucho menos disculparse por ser diferente y en gran parte eso fue lo que la convirtió en un éxito pero me preocupa que en su intención de mantener o aumentar el impacto que dejaron en el 2011 esté abarcando y mezclando cosas que a la larga dañen el concepto. Estoy seguro que los que vieron el episodio saben a lo que me refiero: ¿Extraterrestres? ¿Un científico loco? ¿En serio? Vamos a darle el beneficio de la duda pero definitivamente fue un choque que no se sintió tan natural como, digamos, el “hombre de goma”.
Resumen American Horror Story: Asylum, “Welcome to Briarcliff”
Comenzamos en el presente donde una pareja, Teresa y Leo, a quien que estoy seguro les deben encantar las películas de Rob Zombie, entran a lo que queda del antiguo sanatorio “Briarcliff” como parada final de su “gira embrujada de luna de miel”, porque ¿que más romántico que tener sexo en un lugar donde murieron mas de 45,000 personas y hay dibujos hechos con sangre en las paredes? Al principio los recién casados toman su visita como broma, pero cuando llegan a una puerta cerrada, deciden que quieren investigar más. Leo, como todo nuevo y buen esposo queriendo complacer a su chica, literalmente, mete la mano donde no debe solo para ser atacado por una extraña criatura que le arranca el brazo mientras Teresa sale corriendo a buscar ayuda (si, claro).
Damos vuelta atrás en el tiempo hasta 1964 donde ocurre la mayor parte del episodio y supongo la temporada; después de este capítulo muy probablemente no volveremos a ver a “Leoresa” (¿vieron?, yo también puedo combinar nombres de parejas). Briarcliff está en pleno funcionamiento como sanatorio para los locos criminales, aparentemente dirigido por la hermana Jude (Jessica Lange, aun más genial que en la pasada). Digo aparentemente, porque ella misma indica que el verdadero líder es el monseñor Timothy Howard (Joseph Fiennes) pero la monja también tiene una lucha de poder con el Dr. Arthur Arden (James Cromwell) quien ha estado haciendo experimentos con los que, al parecer, no solo cruza la línea ética, la atropella por completo y después da reversa. Pero me estoy adelantando un poco, lo primero que vemos es al joven Kit Walker (Evan Peters), quien guarda un secreto: está casado con una mujer de raza negra lo cual en esos tiempos no solo era inaceptable socialmente, era ilegal en varios estados incluyendo probablemente el de ellos. Aquí es donde se me trancó un poco la jugada con el episodio, porque aparentemente Kit y quizás su esposa, fueron víctimas de un secuestro por parte de unas criaturas que aunque yo no quiera aceptarlo, parecen ser visitantes de otro planeta.
Acto seguido, conocemos a Lana Winters (Sarah Paulson) quien logra entrar a Briarcliff pretendiendo hacer un reportaje sobre la repostería que están corriendo en el lugar (¿Donas hechas por monjas y sicópatas asesinos? ¡Dos docenas por favor!). Lana sospecha – y con razón- que están escondiendo algo más macabro detrás de la fachada de sanatorio. Aquí, es recibida por la hermana Mary Eunice (Lily Rabe), una monja cuya primera impresión es la de ser una oveja en medio de una jauría de lobos; una muchachita que parece ser bastante sencilla, tanto en personalidad como IQ. El primer encuentro entre Lana y la hermana Jude se puede describir como “apenas cordial” ya que la monja no tiene reparos en expresar su desprecio por las técnicas modernas que están surgiendo en la terapia sicológica y describe todo mal mental como “la moderna explicación de lo que es pecado”. Justo con la visita de Lana, llega un nuevo paciente del cual todos en el pueblo están hablando: “Bloody face”, un asesino en serie que ha decapitado tres mujeres mientras usa una mascara hecha de piel humana. El supuesto sicópata resulta ser Kit, quien asegura no recordar nada de por lo que lo acusan, mientras continua viendo imágenes del secuestro alienígena que parece haber sufrido.
Briarcliff esta lleno de todos los pacientes clichés posibles: el tipo que se golpea la frente contra la pared, la vieja bailarina, los tipos que solo murmuran en una esquina. También están Shelley (Chloë Sevigny), una mujer que sufre de una ninfomanía crónica lo cual antes los ojos de la hermana Jude es la posesión del demonio de la lujuria (¿París Hilton?) y Grace (Lizzie Brocheré), quien fue acusada de haber despedazado a su familia, hecho que niega rotundamente. Como mencioné, para la hermana Jude, todas esas supuestas enfermedades mentales no son más que la presencia del pecado, nada que mucha oración y buenos cantazos con varas de madera no puedan curar. Esa forma de pensar la lleva a chocar directamente con el Dr. Arden, quien sabe que todo lo sicológico se encuentra en la mente, y más específicamente, el cerebro. Desafortunadamente para sus pacientes, su forma de estudiar y “curar” tales males consiste en mucha observación de sus masas cerebrales sin que le importe el detalle que aún están vivos mientras lo hace. A estas alturas ya han muerto cuatro pacientes bajo su cuidado, todos casualmente sin familia que los reclame y aunque él indica que esos cuerpos fueron cremados, imágenes intermitentes nos parecen indicar que en realidad terminaron como comida molida para alguien o algo.
Lana logra infiltrarse en el sanatorio cuando encuentra a la hermana Mary en las afueras dejando un balde lleno de lo que aparenta carne, o desperdicios, listo para el consumo de quién sabe qué o quién vive en el bosque y las observa mientras regresan al edificio. Lana también tiene un secreto con el cual en 1964 era todavía más difícil de vivir: es lesbiana y vive con su pareja Wendy (Clea Duvall). Cuando Jude la descubre, logra manipular el sistema y encerrarla con la excusa de que debe cúrala de su homosexualidad, lo cual, por ridículo que suene, era un procedimiento común en esos años. En un momento difícil de ver, la cruel monja amenaza a Wendy de crear un escándalo que le costaría su trabajo como maestra si no firmar los papeles necesarios para mantener a Lana encerrada hasta “curarla”.
Con tanta dedicación a su fe, resulta que la hermana Jude también esconde algo bajo su hábito, literalmente, ya que la monja gusta de vestir ropa interior de lencería – bueno, lo que era lencería en aquellos tiempos y ahora es común para ir a la farmacia a las 2 de la mañana. Jude También gusta de perfumarse para su reunión con el monseñor Howard quien se encuentra entre la espada y la pared ya que fue él quien trajo al Dr. Arden a hacer su trabajo con los pacientes, algo que definitivamente no agrada a Jude pero acepta el pedido del cura a trabajar en equipo por el bien común de todos en Briarcliff mientras fantasea con tentar al monseñor.
El Dr. Arden decide hacer sus experimentos con Kit casi inmediatamente de su llegada a Briarcliff. Como dije al principio, quiero creer que esto de extraterrestres es imaginación del chico pero resulta que el científico extrae un pedazo de metal del cuello del muchacho. Lo que sea ese pedazo de metal, sorprende al producir seis patas y salir corriendo como insecto casero. Mas tarde, vemos a Arden limpiando un cuarto que supuestamente estaba vacío pero tiene huellas de arañazos en las paredes hechas por garras bastante parecidas a las de la supuestas criaturas que secuestraron a Kit.
Terminamos este primer episodio regresando al presente con Teresa corriendo como alma que lleva el diablo (o mejor dicho, ¿siendo perseguida por él?) para dejarnos con la última imagen: la horrenda cara desfigurada de un hombre que pudiera ser el temido “BloodyFace” caminando hacia ella. ¿Será ese tipo el verdadero “Bloody Face? 50 años parecen haberle pasado bien o ¿acaso es otra persona?
Queremos saber su opinión QiiBOnautas, ¿Qué les pareció el primer capitulo de American Horror Story: Asylym? ¿Les chocó tanto lo de los extraterrestres como a mí? ¿Qué personaje te llamo más la atención? ¿Cuál fue tu momento favorito? ¿Qué misterio te interesa saber más? ¡Ah! y dulces sueños.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
Comments are closed here.