La ciencia ficción no es mi fuerte, de hecho, puedo contar con una mano las películas de este género que veo al año. Suelo escogerlas con mucho cuidado porque sino me aburro a la media hora. El turno ahora le tocó a Source Code, la segunda película del hijo de Davide Bowie, Duncan Jones, quien debutó en Hollywood en el 2009 con una película de su autoría y le ganó el muy merecido favor de la crítica, Moon.
Source Code desde su primera escena nos desconcierta tanto como a Colter Stevens [Jake Gyllenhaal], un piloto de helicópteros de la fuerza armada de Estados Unidos que despierta en un tren en Chicago junto a una chica que al parecer sabe quien es él y con su último recuerdo siendo el haber estado peleando en Irak. Después de que una gran explosión que destruye el tren, despierta en una oscura cápsula con monitores, donde una oficial llamada Colleen Goodwin [Vera Farmiga] le informa que es parte de un programa especial llamado Source Code. Esta tecnología experimental le permite volver al pasado y ocupar el cuerpo de un pasajero en particular por 8 minutos. Su misión es descubrir al pasajero que puso la bomba que hizo estallar el tren para poder prevenir futuros ataques terroristas.
La cinta es una mezcla perfecta para todos los gustos, acción, un poco de humor, suspenso, te hace ejercitar la mente, y hasta tiene toques del cine detectivesco y romance para que las chicas no se sientan excluidas dentro del código. Lo mejor de todo es que Jones junto al guionista Ben Ripley han trabajado cada uno de estos elementos y los han combinados de forma muy natural y espontánea, que me hace pensar que todavía hay algo de esperanza en Hollywood.
Source Code es del tipo de película que nos mantiene la mente ocupada en todo momento tratando de resolver junto al protagonista el problema, al tiempo que también nos plantea una serie de incógnitas como lo son: los viajes en el tiempo, los universos paralelos y el si es posible cambiar el futuro. No es la primera película que juega con este tipo de interrogantes, pero sí es una de las mejores que las trabaja.
Otro de los aciertos más importantes que tiene la película son los actores, empezando con Jake Gyllenhaal, quien hace un papel distinto al que nos tiene acostumbrado a verlo, pero sin embargo es muy refrescante, tanto para su carrera como para nosotros, ya que fácilmente hubiésemos tenido a un Tom Cruise en su lugar, o peor aun, un Nicholas Cage si esto hubiese sido firmado por Disney. De igual forma tenemos a la bella Christina Warren [Michelle Monaghan], quien con su encanto va creando un nivel nuevo en toda esta trama con cada viaje que da Stevens en el tiempo . Quizás el único fallo actoral, al menos desde mi punto de vista, recae en la talentosa Vera Farmiga y Jeffrey Wright, ambos encargados del proyecto secreto en el que participa nuestro protagonista, teniendo un tiempo muy limitado y repetitivo en cámaras. Aunque es muy posible que Jones lo hubiese pensado así para no distraernos .
En este tipo de filmes hay muchas variantes que tienden a darnos horas de conversación post visionado, y Source Code tiene uno en particular que me agradó bastante, su final. Éste está construido de tal forma que, si bien se puede decir que es un happy ending, al más puro de Hollywood, plantea nuevas interrogantes y unas que cada espectador se contestará – o no se contestará – basado en su experiencia. ¿Material para una segunda parte?
Source Code es una película muy bien construida, con una narrativa bien cuidada y trabajada que va llevando al espectador por cada una de las reglas para que no se pierda en ninguna de sus redes. Una película para ser buena no tiene que llegar a cifras astronómicas en la taquilla y la cinta de Duncan Jones es una prueba de esto. Si quieren darse la vuelta por el cine y no tienen una idea de qué ver, aquí tienen una muy recomendada.
Founder & Commander-in-Chiief de QiiBO.com. Tras más de una década como publicista decidí seguir mi propio camino profesional. Ahora sigo el consejo de un genio, hago el trabajo que me gusta.
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