¡Esto es un filme de verano! Apoteósico, épico y sublime. Pacific Rim no solo cubrió mis expectativas, las pateó, golpeo y noqueó hasta la luna. Hay una razón por la cual todavía le rendimos tanta pleitesía a las películas de los ochenta: eran divertidas, emocionantes y con libretos que, si bien eran sencillos, no eran completamente tontos. Pacific Rim cae en esa categoría.
¿Se nota que me gustó? Solo estoy empezando.
Cuando un portal a otra dimensión se abre en el fondo del pacifico, lo que entra a nuestro lado es un monstruo gigantesco que destruye la primera ciudad que encuentra en Estados Unidos (por supuesto, ¿dónde más?). Rápidamente lo bautizan como: “Kaiju” (“bestia extraña” en japonés). Cuando resulta que no es la única, la humanidad se une para diseñar y construir gigantescas máquinas de guerra llamadas “Jaegers” (“Cazador” en alemán) que necesitan dos pilotos que unan su red neural para manejarlos. Años después del primer ataque, y a punto a perder la guerra por la supervivencia humana, un ex piloto es reclutado para reactivar un viejo modelo de Jaeger y con él, la última esperanza de la humanidad contra los Kaijus.
Lo primero que me encantó es que Pacific Rim empieza la acción inmediatamente; ¿viniste a ver robots peleando con monstruos? Eso es lo que vas a tener desde el principio. Este no es un filme para llegar tarde a la sala de comprar pop-corn, la destrucción comienza desde el primer minuto. Afortunadamente, luego de la escena de exposición se da un descanso y comienza el drama humano. El libreto de Pacific Rim no es nada del otro mundo pero nos hace conocer sus protagonistas y preocuparnos por ellos. Si acaso, lo único negativo que puedo decir es, que para hacer tiempo para sus momentos de peleas monstruosas, los diálogos y situaciones entre humanos corren a las millas y hay poco tiempo para descansar entre escenas con alguna que otra excepción.
Creo que no tengo que decirles que Pacific Rim es una película para ver en el cine, en una pantalla grande y con el mejor sistema de sonido posible. De tener el dinero, cogía un pasaje ahora mismo para verla en algún cine Imax, es sencillamente espectacular, “eye candy” en su mejor expresión. Sin embargo, se siente un drama real; el conflicto de la humanidad al borde de la extinción está presente y nunca deja de ser un peligro constante y presente.
El mismo Guillermo Del Toro ha dicho que este filme es uno que soñaba con hacer, y se nota. Aunque es obvio que su inspiración viene de los muchísimas anime y que llenaron los TV del occidente desde los años ’70, Del Toro prefirió hacer su propia versión y por lo general evitó hacer referencia a otras, aunque se siente la influencia de filmes de los ochenta como Big Trouble in Little China y de monstruos japoneses como Gamera y –por supuesto – Godzilla. Se ve el amor del director en esta película. Cada escena, cada golpe, cada momento heroico (¡y hay varios!), especialmente en las batallas, se siente particularmente diseñado y pensado. La idea de que los robots fueran controlados por pilotos adentro ayuda a que la pelea se sienta personal, cuando la situación se pone fea, vemos el efecto en tiempo real y sus consecuencias para ellos, es casi como si los pilotos estuvieran peleando ellos mismos con los Kaijus.
Aunque el libreto no es nada especial, los protagonistas hacen buen trabajo con lo que hay: Charlie Hunnam (Sons of Anarchy) prueba que puede tener el peso de ser el principal en un filme de acción. Por su lado, Idris Elba vuelve a robar todas las escenas que tiene como el militar a cargo del programa de los Jaegers, “Stacker Pentecost”. Rinko Kikuchi es, a pesar de su edad, una veterana del cine y TV e interpreta mi personaje favorito del filme: “Mako Mori” la leal asistente de “Stacker”. “Mako” sueña con ser piloto de un Jaeger y tiene todo lo que se necesita pero, un trauma de su pasado la mantiene fuera del programa. El resto del elenco cumple con ser buen apoyo, especialmente Charlie Day y Burn Gorman; sus escenas juntos son el descanso cómico del filme y resultan muy importante para la resolución del final. Por cierto, ¿existe algo en lo que Ron Perlman no sea un “plus”? Si lo hay, no lo conozco.
Ahora que deje correr mi emoción un poco, menciono lo menos bueno del filme: aparte de los principales y los que interpretan Day, Gorman y Perlman, los demás personajes son casi ignorados; apenas aprendemos sus nombres, por lo cual su destino en el filme casi ni importa. Dije que “Mako” fue mi favorita, pero admito que es casi una caricatura inspirada en tantos animes: la pequeña joven con ojos grandes y voz tímida. Pacific Rim no es para nada la mejor película de Guillermo Del Toro, pero definitivamente una de las más divertidas.
Esto es lo que yo quería ver desde que me levantaba temprano los fines de semana para ver series tal como Mazinger, Voltron y el festival de robots. No solo salí complacido, salí feliz. En más de una vez, quise levantarme de mi asiento a gritar de la emoción, eso no me pasaba desde que Hulk le metió el puño a aquella criatura en Avengers. Pacific Rim es mucho más inteligente y humana de lo que se ve en los tráiler, es el estreno perfecto de verano: entretenido, gigantesco, monumental y muy divertido. Nunca intenta ser más de lo que es y al mismo tiempo es mucho más de lo que parece.
Es un éxito como filme y ojala lo sea de taquilla. Si no lo es, nos merecemos todas las Battleships que salgan de ahora en adelante. No la dejen de ver, es sencillamente LA película del verano 2013, ¡Súper mega extremada y monstruosamente recomendada!
PS: Hay escenas durante y después de los créditos.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
1 Comment
Casi pienso q te gusto. jajaja gracias por la reseña. esta entra en mi lista de must see