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Crítica: The Studio es amor y odio por el cine

Desde que tengo memoria escucho algunas quejas sobre el cine; nada es original, demasiado comercial, el arte está muriendo, blah blah. Mientras tanto, la televisión fue elevando su calidad llegando al punto de “Alto valor”, comenzando con Los Sopranos, hasta tan reciente como Severance. Pueden añadir The Studio a esa lista.

The Studio es una divertida carta de amor y odio a la industria que nos ha dado tanto, igualmente abogando por su supervivencia, sin pasarle demasiado la mano, pero nunca llega al extremo de despreciarla. The Studio es accesible para el televidente casual, pero es puro oro para nosotros los obsesionados con el celuloide.

Seth Rogen protagoniza, produce y escribe esta nueva comedia que creó junto a Peter Huyck, Frida Pérez, Alex Gregory, su colaborador y amigo de niñez Evan Goldberg, interpretando a Matt Remick, un neurótico ejecutivo del Continental, un estudio de cine en su peor momento. Cuando la directora del estudio Patty Leigh (la siempre maravillosa Catherine O’Hara) es despedida sin pena ni gloria, Matt consigue la oportunidad de su vida siendo asignado al rol, el sueño de infancia se ha cumplido, y Matt está listo para hacer buen cine, simultáneamente tratando de arreglar la reputación del estudio y salvando las financias.

Una forma fácil de describir The Studio es “como The Office pero en la industria de cine”, especialmente porque Matt es lo más cercano a un Michael Scott que hemos visto desde que terminó la icónica comedia. Matt ama su trabajo, no es necesariamente malo en este, pero tiene un catastrófico problema: quiere caerle bien a todo el mundo. Si eso no es una buena cualidad en el mundo real, mucho menos lo es en una posición como la de director, donde cada decisión, no importa cuan pequeña, afecta cientos de personas.

Pero una comedia de situación es tan buena como sus personajes, y aquí Rogen compuso un equipo “all-star” de frecuentes colaboradores, comenzando con su amigo Sal Saperstein (Ike Barinholtz), para quien su trabajo es simplemente una puerta a la glamorosa vida, adicional a O’Hara, la gran Kathryn Hahn como la ejecutiva de mercadeo Maya, aparte de participaciones especiales de múltiples actores y directores.

Aunque The Studio cuenta una historia a través de la temporada, cada episodio funciona como su propia crónica, uno por uno siendo una referencia a temas de cine, ya sea un filme es especifico (por ejemplo, Chinatown) o un concepto como la toma seguida, o la desesperación de Matt para darle una indicación a un director.

Como amante del cine, televisión y todas estas cosas, me tienta decirles que The Studio es la mejor comedia en lo que va del 2025 pero, reconozco que precisamente por la temática es que la disfruto, y quizás audiencia casual no llegue a ese nivel. Por otro lado, nadie necesitaba saber de la industria del papel para gozar The office, pues las historias, y sus personajes e idiosincrasias es lo que la mantiene como una de las comedias mas vistas de la historia.

Seth Rogen lo logra otra vez con una producción combinando hábilmente la comedia con el drama, vacilándose el mundo del entretenimiento, pero sin ignorar porque nos gusta tanto, ¡inmensamente recomendada!

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