Lo “malo” de ver muchas películas es que eventualmente te aprendes todos las formulas y trucos de las historias y llega un punto en que sabes lo que va a pasar desde el principio. Por eso le tengo cariño a esas comedias que te sacan de base con lo que no esperas: There’s something about Mary, Airplane, The Hangover, The Naked Gun y otras que, en sus respectivos momentos, se alejaron de las formulas establecidas. Eso NO me pasó con The Internship; desde que vi el primer tráiler me imaginaba lo que pasaría de principio a fin. Aun así, o quizás por las bajas expectativas, me gustó y me entretuvo. Al fin y al cabo, eso es lo que uno busca cuando va al cine la mayor parte de las veces ¿cierto?
Nick y Billy (Owen Wilson y Vince Vaughn) son amigos de toda la vida, desde la escuela hasta todo el tiempo que llevan trabajando para una compañía que vende relojes de lujo. Cuando la compañía cierra inesperadamente, Nick y Billy descubren que son tan análogos como se puede ser en la era digital y se enfrentan a un mercado laboral donde las ventas interpersonales han sido suplantadas por las compras por Internet. En un brinco de fe, Billy convence a Nick de solicitar una plaza de interno en Google, la gigantesca compañía con las mejores condiciones laborales disponibles en el país. Por supuesto, la competencia es extremadamente ardua, ya que tienen que pelear con chicos con menos de la mitad de edad y triple conocimiento en computadoras. Nick y Billy tendrán que demostrar que su experiencia es tan valiosa como la habilidad de crear códigos de programación y que, aun en los tiempos de Skype, no hay nada mejor que la comunicación entre personas presentes.
¿Les sonó familiar todo lo anterior? Es porque lo es; las clásicas fórmulas de “peces fuera del agua” y el “conflicto generacional” la han usado en Hollywood hasta el cansancio. El libreto de Vince Vaughn y Jared Stern es producto de la vagancia de usar todos los clichés posibles: los tipos fuera de lugar, el villano caricaturescamente malo, el jefe antipático, el nerd sin habilidades sociales, la chica tan trabajadora sin tiempo para el amor, básicamente todo lo hemos visto antes.
Aun así, me reí y me entretuvo todo el tiempo porque me gusta el trabajo de Vaughn y Wilson. Y ahí está el detalle: si eres de esas personas que no soporta a uno de ellos, o los dos, quizás mantente alejado. Si por el contrario, disfrutas de ellos, es muy posible que la pases bien. Vince Vaugh otra vez es el tipo demasiado seguro de si mismo que resuelve todo con largos monólogos donde mezcla distintos temas, Wilson es —adivinaron— oootra vez el que usa su mezcla de dulzura y sensibilidad para disfrazar motivos mucho menos inocentes de lo que sale de su boca. El problema es que a Vaughn lo hemos visto hacer eso demasiadas veces y Owen…pues sorry, pero los años no pasan por pasar, es como ese episodio de los Simpsosn cuando Bart Simpson dejó de ser adorable cantando para sus tías.
El resto del elenco interpreta personajes tan arquetipos que apenas aprendemos sus nombres. El único que recuerdo es John Goodman y es porque él se roba sus escenas en todo lo que hace. Los demás cumplen con su propósito de ser el malo, el bueno, el tonto, la inocente, etc. etc. Hay una sola sorpresa que no ha salido en los tráilers así que no se las voy a dañar; sucede durante la primera media hora y no lo volvemos a ver el resto del filme. Además, hay una actividad deportiva que no esperaba y el geek en mi casi brincó de la emoción. La película también funciona como una ventana a un mundo laboral que la mayoría de nosotros los mortales solo podemos soñar; una compañía que valora tanto a sus empleados que hace todo lo posible para se sientan cómodos, los cuales a cambio hacen lo máximo para hacerla triunfar. ¿Qué ridículo verdad? Uno pensaría que Google es una de las compañías más productivas, queridas y exitosas del mundo usando ese modelo.
Cualquiera diría que odié esta película y fue todo lo contrario: me gustó y me reí, solo que reconozco los fallos y debilidades de un libreto flojo y vago. The Internship depende enormemente de cómo te sientas con respecto a sus protagonistas, en mi caso me entretuvo todo el tiempo. Aunque sabía cómo iba a terminar, me disfruté el camino. La puedo recomendar a menos que no soportes a uno de los dos, en ese caso, proceda con cuidado.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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