Honestamente quería que The Giver fuera una buena película. Meryl Streep, Jeff “The Dude” Bridges, ¿qué más puedo pedir? La contestación es fácil: un filme que al menos me entretuviera.
“Jonas” (Brenton Thwaites) es un joven que vive en una distopía con simples reglas como “no mentir”, “usar lenguaje específico” y “siempre tomar tus medicamentos”. Cuando llega a la edad donde los “ancianos” del pueblo asignan el trabajo que cada persona tendrá el resto de su vida, “Jonas” es sorprendido con la noticia de que es el nuevo “recibidor de memorias”, una posición que ni siquiera sabía que existía. Resulta que la razón por la cual su sociedad vive en paz es porque todos son iguales y les han borrado de la memoria la forma en que era el mundo, lo bueno y lo malo. “Jonas” ahora recibirá de “The Giver” (Jeff Bridges) las memorias de cómo realmente era el mundo cuando la gente tenía voluntad libre y tendrá que decidir si se convierte en otra pieza más para mantener el sistema o si buscará la forma de que todos recuerden como eran las cosas.
Probablemente lo anterior les suene conocido, pues The Giver es otra adaptación de una novela para “adultos jóvenes” que busca ser la nueva franquicia a lo The Hunger Games, como lo intenta Divergent. Lo irónico es que el libro en que se basa The Giver fue publicado en 1993, mucho antes que las antes mencionadas pero, llegó tardísimo a la fiesta de adaptaciones. Como si eso no fuera suficientemente malo, The Give falla en construir una narrativa que sea remotamente interesante o entretenida. Es posible que los fans del libro disfruten ver la historia plasmada en pantalla grande pero, para el resto de nosotros, no hay mucho que buscar.
Si The Giver fuera una persona, seria ese tipo que conocemos por primera vez en una fiesta. Al principio suena interesante lo que dice pero, eventualmente comienza a meter historias conspirativas de ovnis y reptilianos y dar vueltas al mismo asunto sin llegar al punto, y uno empieza a mirar para el lado a ver si consigue alguien o algo que le ayude a escaparse sin hacerle sentir mal. Lo triste es que The Giver establece varios puntos ultra interesantes que merecen un buen debate.
Por supuesto, Jeff Bridges y Meryl Streep son tan buenos como siempre, especialmente Bridges que le metió extra ganas pues es un proyecto con el que lleva bregando por muchos años. El resto del elenco se mantiene limitado e incapaz de superar el reto de la premisa: ¿Cómo se demuestran emociones con un personaje incapaz de tener emociones? Hay que admitir que no es fácil para ningún actor pero, al fin del día es no es problema de la audiencia. Por cierto, me imagino que para Katie Holmes no tuvo que ser muy difícil interpretar una mujer atrapada en un sistema controlador. Del resto del elenco solo recuerdo lo mucho que Odeya Rush se parece a Mila Kunis y lo acartonado que se siente Cameron Monaghan.
The Giver expresa ideas bien interesantes pero, nunca logra llevar la ejecución más allá de la premisa y el final se siente empujado y apresurado, más preocupado con terminar la historia que darle sentido. Mención honorifica al director Phillip Noyce por atreverse a hacer una película cuya primera mitad es en blanco y negro para reflejar la visión de sus personajes. Aparte de eso, The Giver quita más de lo que da.
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Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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