“Es como Good Will Hunting pero, en vez de terapia, el tipo le rompe la cara a todo el mundo”. Así me imagino que algún ejecutivo vendió The Accountant al estudio…y no los culpo por haberla aprobado; una película de acción con Ben Affleck, con un elenco de apoyo que incluye a Anna Kendrick, J.K. Simmons, y Jeffrey Tambor, es fácil de comprar, solo que no tanto de ejecutar.
Esta es la parte de la crítica en que les hablo de que se trata, y ese es su principal problema: el guion de Bill Dubuque confunde “complicado” con “inteligente”, mientras que la dirección de Gavin O’Connor confunde “ser bueno montando escenas de pelea” con “puedo hacer drama”.
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Habiendo dicho eso, The Accountant me entretuvo de principio a fin, precisamente porque su reparto la aguanta a fuerza de carisma, y las escenas de combate son emocionantes. Ademas, a Ben Affleck Le tomó mucho trabajo y sacrificio; hacer una película con Michael Bay, una relación con Jennifer López, y por poco destruir el género de súper héroes con Daredevil pero, este muchacho ha crecido una cosa increíble como actor.
Su “Christian Wolff” es un ultra genio en el espectro autista, que puede hacer un cálculo matemático con la misma facilidad que rompe un brazo o yo me como una combinación de comida china. Su padre, un psicólogo del ejército, decidió lidiar con su necesidad especial entrenándolo para pelear desde niño. Aparentemente consiguió su diploma en la “Escuela de psicología Jean Claude Van Damme”.
De adulto, “Christian” mantiene una rutina como un simple contador en un pequeño pueblo por el día, excepto que tiene un secreto: sus clientes no son solamente granjeros y pequeños comerciantes. “Christian” es el contador de narcotraficantes, dictadores, y la mafia de varios países. Cuando “Marybeth Medina” (Cynthia Addai-Robinson), una agente del Departamento del Tesoro, es encargada con descubrir su identidad, descubre que hay mucho más detrás de “El Contador”, de lo que su jefe “Ray King” (J.K. Simmons) le revela.
Esa es solo una de las varias historias que corren durante las 2 horas y 8 minutos del filme. En las manos de un mejor director, quizás se hubieran podido trabajar de forma más natural pero, O’Connor es un mal chofer, acelerando y frenando la trama, recurriendo a largas secuencias de exposición, aparentemente pensando que todo es muy complicado para nosotros.
Comparemos con John Wick, una cinta que te lanza a un universo completamente nuevo, y tú tienes que aprender todo sin explicación. La única exposición es cuando toman tiempo para decir lo peligroso que es “Juanito Vela” (Keanu Reeves), seguido por una emocionante escena demostrándolo.
Como quiera, cuando O’Connor suelta El Contador a patear criminales, la película se pone buena. La química entre Affleck y Anna Kendrick funciona lo suficiente para querer verlos en escena, y Simmons nunca falla. El tercer acto no conecta tan bien a falta de un villano claro, y la historia se preocupa más por darnos varios giros que se ven desde lejos.
Cuando The Accountant funciona, lo hace muy bien. Lo menos que le pido q una película es que me entretenga, y esta lo hizo la mayor parte del tiempo. Dos patadas y media de cinco en la cara.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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