La fantasía y la ciencia ficción han sido usadas desde siempre para contar historias como alegorías de las peores mañas del ser humano, así que combinarlas tiene sentido. Especialmente cuando se hace en una divertida, emocionante película animada como Nimona, uno de los nuevos estrenos de la semana en Netflix.
Originalmente un proyecto de Blue Sky Studios, antes que Disney comprara 20th Century Studios, Nimona fue rescatada por Annapurna y Netflix, estrenando en salas limitadas de cine en Estados Unidos, y globalmente en el servicio de streaming. Basada en la novela para jueves adultos de ND Stevenson, que comenzó como cuentos cortos en una página web, Nimona es una maravillosa aventura, con acción, humor, hermosa animación y simpáticos personajes con los que quiero volver a pasar tiempo.
En un mundo retro futurístico, donde conviven caballeros medievales con móviles y redes sociales, usando espadas mientras las murallas son protegidas por un cañón laser, entre carros voladores y anuncios holográficos, existe una sociedad feudal donde los prestigiosos Caballeros solamente son escogidos por la familia a cual pertenecen.
Así ha sido por mil años de tradición, pero el noble Ballister Blackheart (Riz Ahmed) está a punto de lograr ser el primer plebeyo en alcanzar el título de caballero, igual que su novio Ambrosius Goldenloin (Eugene Lee Yang), quien consiguió la posición gracias a su habilidad…y ser descendiente directo de Gloreh (Karen Ryan), fundadora de la respetada orden. Cuando llega el esperado momento en que la Reina Valerin (Lorraine Toussaint) otorga el honor a Ballister, ocurre una extraña situación que le cuesta la vida, y todos culpan a Ballister, quien repentinamente se encuentra perseguido por el mismo grupo que deseaba pertenecer, con su amado Ambrosius liderando la cacería, y la Directora (Frances Conroy) del instituto lidiando con las consecuencias de la muerte de la Reina.
Entra entonces Nimona (Chloë Grace Moretz), una adolescente en completa rebeldía contra el sistema, que ve en Ballister un aliado paria en su cruzada enfrentando el mundo que la rechaza por ser diferente.
Verán, Nimona tiene la capacidad de transformarse en cualquier cosa, lo que la hace instantáneamente un monstruo antes los ojos de todo. En Ballister, Nimona finalmente encuentra otro expulsado, pues, “una vez que el mundo te ve como villano, nunca te aceptarán de otra manera”.
El guion de Robert L. Baird, Lloyd Taylor y Pamenal Ribon establece una genial metáfora del estado totalitario, con referencias al pánico después de Septiembre 11 del 2001, cuando el gobierno usaba categorías de peligro para mantener una paranoia constante, justificando los métodos de extrema vigilancia y control. Y aunque la homofobia no parece ser un problema en este mundo, el rechazo a Nimona por su naturaleza es también una alegoría del desprecio a esa comunidad.
Pero el mayor éxito de Nimona son sus protagonistas, su arte y su humor. La influencia de Spider-Man Into the Spider-Verse se siente en la animación, combinando neón con distintos estilos en constante contraste con los trasfondos y sus figuras, los chistes tanto en diálogos como a través de las imágenes frente y atrás, haciendo que Nimona se sienta como si fuera producción de Edgar Wright (Hot Fuzz) o Chris Miller y Phil Lord (The LEGO Movie).
Moretz y Ahmed hacen estupendo trabajo interpretando sus respectivos personajes; Nimona es una maniaca fuerza del caos, que, a pesar de haber abrazado su posición de villana, no puede evitar los brotes de buen corazón bien dentro de ella. Por su lado, Ballister comienza como un serio hombre completamente confiado en la institución a la que quiere pertenecer, que va aprendiendo por el camino que la vida no todo es blanco o negro, entendiendo los matices, y las causas detrás de los fallos ajenos.
Nimona es una de mis películas favoritas del 2023 hasta el momento, y una tremenda nueva oferta de Netflix, que me hizo reír, pensar y gozar sus visuales, ¡Mágicamente recomendada!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
1 Comment
El George tiene razon