Sería muy fácil decir que la espectacular segunda temporada de Arcane: League of Legends está fuertemente inspirada en eventos recientes en medio oriente, o la campaña de elección de Donald Trump, pero realmente es una representación de la humanidad por completo. Nuestra historia entera está repleta de ejemplos cuando el miedo y la desesperación permitió la elevación del fascismo.
Luego de sorpréndenos en el 2021 con una profunda reflexión sobre conflicto entre clases sociales -y conflictos dentro de esas mismas clases sociales- Arcane regresa con una segunda y ultima temporada dividida en tres actos, con mas energía, impresionantes secuencias de acción y composiciones animadas, junto a una potente banda sonora, pero manteniendo el desarrollo orgánico de sus personajes, repletos de niveles, jugando con lo gris de cada cual.
Si la calidad de animación en la primera temporada fue impresionante, la segunda temporada vuela todo por encima, no solamente haciendo mas de lo que vimos, sino incorporando distintos estilos, como unas secuencias en animación tradicional, superponiendo a la generación por computadora, combinando efectos para exponer el estado mental de los personajes, siendo tan importantes como los diálogos.
Una absoluta obra maestra de arte.
En un mundo retro futurístico, al estilo “steampunk”, donde la magia ha sido prohibida, coexisten dos sociedades: la afluente Piltover y la empobrecida Zaun. En una tienen la riqueza, educación mayor, y control del país. En otra cae la pobreza, criminalidad y sobras de la anterior. Dos hermanas, Vi (Hailee Steinfeld) y Jinx (Ella Purnell) nacidas y criadas en Zaun, huérfanas desde pequeñas luego de un cruel ataque de los “Vientres Azules”, como le llaman las fuerzas especiales de Piltover.
El destino las separa luego de un intento fallido de robo, para reencontrarse años después en bandos distintos; mientras Vi intenta rehacer su vida con la ayuda de Caitlyn (Katie Leung), una soldado hija de una de las familias mas influyentes de Piltover, Jinx se ha convirtió en la sicaria más temeraria de Silco, jefe criminal de Zaun que la adoptó cuando niña.
Una dolorosa fabula sobre la radicalización, Arcane comienza justo donde nos quedamos hace tres años, con Jinx lanzando un mortal ataque contra el consejo principal de Piltover donde, irónicamente, discutían la opción de otorgarle la ansiada independencia a Zaun para finalmente terminar la rivalidad.
“Es tan fácil odiarlos…solo toma un acto”, dice Caitlyn sobre los ciudadanos de Zaun, luego que su madre muriera en el ataque de Jinx, y ahora encargada de lanzar la contraofensiva.
Arcane no intenta golpearnos en la cara, pero tampoco disimular su comentario sobre la diferencia que la tragedia provoca en personas de distintas clases sociales. Mientras Vi desea seguir buscando maneras de reconciliar, Caitlyn recae en el odio e intenso deseo de revancha, entrando en la mentalidad de “o estas conmigo o contra mí”.
Tampoco es sutil sobre la actitud que toman los regímenes opresores cuando aquellos bajo su yugo se rebelan, sin necesariamente obviar la inocencia y el extremismo en ambos bandos, especialmente aquellos usando las circunstancias para adelantar agendas políticas, sociales o personales.
Entremedio de todo eso, continua la trama de Víctor y Silco, antiguos compañeros de estudio, unidos por su interés en desarrollar la poderosa tecnología “Hextec”, ahora separados por las consecuencias de sus actos.
Con sus últimos nueve episodios, Arcane se une firmemente a la nueva ola de animación demostrando de una vez y por todas ser un género merecedor de todo respeto, más allá de producto para niños, capaz de producir tan buenas o mejores narrativas como filmes o series actuadas en vivo. Una emocional historia de familia, amistad, amor, sociedad, política, guerra, conflictos sociales, ideologías, y mucho más, en un hermoso paquete de acción, emoción, y efectos visuales que se quedara contigo mucho después de terminarla, ¡INMENSAMENTE RECOMENDADA!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.