La escena final de Hidden Figures es “Katherine G. Johnson” (Taraji P. Henson, en uno de los trabajos más honestos que he visto hace tiempo) sentada, haciendo sus cómputos, mientras la cámara se aleja dejando ver las puertas abiertas de su oficina. El simbolismo -uno de tantos a lo largo de esta excelente crónica – es claro y poderoso: estas mujeres abrieron puertas para ellas y para las que vinieron después.
¿Por qué yo no sabía esta historia? ¿Por qué no me la enseñaron en la escuela? ¿En la universidad? ¿Por qué en el filme Apollo 13 nunca vemos a “Katherine” cuando, en la vida real ella fue uno de los matemáticos que hicieron posible el regreso de los astronautas? En algunos momentos, Hidden Figures se siente un poco “preachy” pero, ¿Por qué no iba a hacerlo cuando tienen la razón?
Antes que los rusos y los estadounidenses pelearan con memes, el conflicto entre poderes era científico. Cada Imperio quería demostrar su superioridad y por tanto se desarrolló “la carrera espacial”. Tanto EU como la Unión Soviética querían llegar al espacio y la luna primero que el otro, por lo que convirtieron la exploración en una analogía de su guerra fría.
Mucho antes que necesitara mi celular para recordar cuanto es 2+2, las grandes calculaciones se hacían a fuerza cerebral. “Katherine”, “Mary Jackson” (Janelle Monáe), y “Dorothy Vaughn” (Octavia Spencer) son parte del grupo de “computadoras humanas” de la NASA. En su propio cuarto de su propio edificio, los negros con negros, blancos con blancos. Son los 60’s, las reglas de Jim Crow, y la segregación continúan dominando aunque, cayendo poco a poco ante la lucha por los derechos civiles.
Cuando los científicos preparando el lanzamiento de John Glen, el primer estadounidense en ir al espacio, no logran encontrar la fórmula necesaria para su regreso seguro, “Katherine”, una mujer extremadamente inteligente, es asignada a ese grupo para ayudar con las computaciones. Por su lado, “Mary” tendrá que brincar todos los tropiezos que ponen en su camino a ser la primera ingeniera afroamericana en la NASA, mientras que “Dorothy” necesita encontrar la forma de mantener sus compañeras relevantes antes que la inminente llegada de la computadora mecánica las reemplace.
Hidden Figures no es una gran película pero si una gran historia. Aunque hubiera preferido menos énfasis en la vida social de las protagonistas, hay suficiente para todos los gustos, y el inmenso carisma de sus protagonistas sobrepasa los defectos de ritmo que trae el guion de Allison Schroeder, y la dirección simple de Theodore Melfi.
El verdadero impacto de Hidden Figures es saber que así pasaron las cosas –con alguno que otro cambio menor para efecto dramático. Estas poderosas mujeres se enfrentaron a todas las barreras de su época, derribándolas una a una con su talento, fe, buen humor, y sin rendirse ante el racismo ni la discriminación de género.
Una tremenda historia real, buenas actuaciones, incluyendo un fantástico elenco de apoyo con Kirsten Dunst y Mahershala Ali, entre otros, me dejó con ganas de tirar el puño al aire y gritar de la emoción. Hidden Figures es de esas películas se debe ver, y llevar los niños y niñas, y hasta el perro. ¡Matemáticamente recomendada!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
Comments are closed here.