Para una película, y en el arte en general, ser meramente competente no es suficiente. La competitividad técnica es solamente uno de los elementos necesarios para triunfar en el mundo cinemático, y podría argumentar que es de los menos importantes. Alrededor de 500 películas son producidas en lo que conocemos como Hollywood cada año, en cada una trabaja una gran cantidad de profesionales de la industria. Es inevitable que una gran cantidad de estas sean técnicamente competitivas. Después de todo, cuando tu empleo es temporero y siempre estás dependiendo del próximo, es importante que sepas hacer tu trabajo bien. Pero al final del día sigue siendo solo eso, tu trabajo. Tomb Raider, como una gran cantidad de producciones hollywoodensas, es producto de personas que hacen bien su trabajo, pero esto no lleva a nada. Nada sobresale, nada es memorable, nada se queda con el espectador.
Su director, Roar Uthaug, sigue el habito reciente hollywoodensa de introducir un director a las masas con un blockbuster. Uthaug es un cineasta noruego con cuatro filmes noruegos bajo su nombre. No he visto ninguno, tampoco los había escuchado mencionar anteriormente, pero es posible que todos sean excelentes. Hasta donde sé, Uthaug puede ser el wunderkind arrasando con el cine noruego, así que si alguien proveniente de Noruega está leyendo esto, pido disculpas, porque igualmente puede que Uthaug sea el nombre de una inteligencia artificial que vive dentro de un iPad. Si pones una cantidad infinita de simios delante de maquinas de escribir, eventualmente uno de estos va a escribir el Quijote. Si pones un iPad en la silla de director y le pides que te haga una película de acción y aventura que se llame Tomb Raider, de la primera te dará lo mismo que Uthaug.
Tomb Raider es la película más genérica, estéril y carente de personalidad que he visto en mucho tiempo. La película toma la trama base del videojuego del 2013, la simplifica, le quita casi todos los personajes y valor de entretenimiento y la fuerza a entrar en la estructura narrativa más base para una película de su género: comenzamos con un primer acto es demasiado largo, no tengo ningún interés en ver a Lara Croft sin chavos, repartiendo comida y compitiendo en carreras en bicicletas. Después de una media hora que se siente como 40 minutos, sucede el inciting incident. Aproximadamente 20 minutos luego llega el escalating action. Ocurre un par de plot twists predecibles y sin ningún elemento de sorpresa. Cabeceas porque la película es simplemente aburrida. Ocurre una batalla a gran escala, un poco de tomb raiding (por lo menos el titulo resultó ser certero), hay un face-to-face con el antagonista y se “acabó” la película. Luego de como treinta segundos de créditos hay un tag que parece que obligaron a filmar a Alicia Vikander (donde tiene el peor delivery de toda la película), y te vas de la sala. Das tres pasos, miras para a atrás, y te das cuenta de que recuerdas la estructura del filme, pero más nada. No hubo ninguna imagen que se quedara contigo, ninguna línea de dialogo, ningún personaje, ninguna idea ni acción que se quedara contigo.
Ni siquiera su elenco salva la película. Si Vikander hace el peor reading de la película al final, el resto lo carga en sus hombros, pero resulta demasiado pesada y no llega a nada. Walton Goggins, quien en proyectos anteriores había demostrado ser una maquina de carisma, hace que cada pestañeo se vuelva más largo que el anterior. Dominic West parece tan confundido con su aparición en la cinta como tu lo estarás con tu presencia en la sala. Daniel Wu, quien hace de la mano derecha de Lara, hace el esfuerzo, pero su papel es casi inexistente, desapareciendo por grandes pedazos de la trama, y completamente inconsecuente.
Para bien o para mal, Lara Croft es uno de los personajes femeninos de mayor reconocimiento en el mundo de los videojuegos, consiguiendo hacer el crossover a la consciencia general con las dos películas anteriores basadas en sus aventuras. Si bien las aportaciones cinemáticas protagonizadas por Angelina Jolie fueron imperfectas (y si las viera de nuevo probablemente las consideraría malas), es difícil negar el impacto que tuvieron en la cultura popular. Esta nueva versión de Tomb Raider será olvidada antes de que se acabe el año. Técnicamente es competente. No es lo peor que existe, ni será la peor película del año. Está ok, pero en ok se queda y en ok será olvidada.
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