¿Alguna vez has estado en una situación tan embarazosa que empeora porque, muy a pesar tuyo, la estás pasando bien? Así fue como me sentí mientras veía No Escape, la nueva película de los hermanos John Erick (Dirección y guion) y Drew Dowle (Guion), que me mantuvo al borde de mi asiento por el suspenso aunque, apretando los dientes por la vergüenza ajena.
“Jack Dwyer” (Owen Wilson) tuvo que relocalizar su familia a un país no especificado (ya empezamos mal) de Asia (esto no pinta bien) para un proyecto especial de la empresa que trabaja. Aunque su esposa “Annie” (Lake Bell) y sus hijas lo apoyan, “Jack” no se siente completamente convencido de que haya sido la mejor decisión (oh, oh). Sus sospechas son confirmadas cuando el mismo día de su llegada explota un golpe de estado (anda pal’ cara) que provoca motines de ciudadanos destruyendo y matando (esto se j***o). “Jack” tendrá que sacar su familia del país con la ayuda de “Hammond” (Pierce Brosnan), un británico que llego en el mismo avión que ellos y parece estar relacionado con los eventos (por supuesto). La familia tendrá que correr de un grupo que los persigue específicamente porque… ¿son blancos? ¿Estadounidenses? ¿Los obligaron a ver I Spy cuando niños?
Si No Escape fuera una persona, seria ese amigo que no quieres admitir que te cae bien porque se la pasa diciendo y haciendo cosas bien ofensivas y siempre empieza con un “yo no soy racista pero…”. Los Dowle son buenísimos montando momentos de tensión, aunque a veces tocando los límites del absurdo. Para darles un ejemplo: luego de escapar de una situación particularmente difícil (que me dio risa en algunos momentos, lo cual me imagino no era su propósito) los “Dwyer” se encuentran con un tanque que apunta, de todo los lados posibles, donde ellos se encuentran. Me puse a esperar que el próximo obstáculo sería un dragón. Digo, si vas a irte ridículo, tírate completo de pecho.
“Si viajas a otro país te van a querer matar por que la gente extranjera es violenta” es una fórmula uno pensaría habrían dejado en el pasado. El guion hace un intento mongo de justificar el por qué esta gente quiere violar y matar con tanta riña pero, apenas son par de minutos antes de que los “malvados malotes” continúen su cacería indiscriminada. Miren, yo no soy un ingenuo, estoy consciente de que en los motines de la vida real ocurren cosas horribles; el problema es que una película tiene que tener un desarrollo de historia coherente, que ofrezca algo más que “esta gente es mala y te quiere matar”.
Sé que estamos acostumbrados a ver a Owen Wilson en comedias pero, funciona lo suficiente como para tomar en serio su desesperación aunque, es Lake Bell quien que se lleva la estrellita en la frente y da credibilidad a la situación. Aunque retirado, viejo y medio barrigón, nada mejor que un James Bond para sacarte de un atolladero en los momentos más convenientes, así que nada malo con tener a Pierce Brosnan dando su mejor versión de Liam Neeson en Taken.
Si los Dowdle le hubiera tanta atención al libreto, especialmente remover la xenofobia, como hicieron con las escenas de acción, persecución y suspenso, No Escape hubiera sido una película de la cual me orgullecería decir que me gustó y me entretuvo. Por el momento lo digo en voz baja, y con miedo de que alguien me escuche.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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