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Crítica de Nightcrawler: Cuando la ambición derrota la humanidad - QiiBO
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Crítica de Nightcrawler: Cuando la ambición derrota la humanidad

En más de un momento mientras veía a Jake Gyllenhaal en Nightcrawler me pregunté si estaba viendo un drama, un thriller o una película de horror. Se supone que Nightcrawler sea una sátira, una parodia de nuestros tiempos pero, no podía dejar de pensar lo cierto y real que me parecía. Me encantan las películas así.

Sitiado en la ciudad de Los Angeles, mayormente de noche, “Lou Bloom (Jake Gyllenhaal) es uno de tantos jóvenes desempleados que busca una oportunidad para demostrar lo eficiente y gran trabajador que es. “Lou” descubre el mundo de los “nightcrawlers”; camarógrafos “freelance” que persiguen accidentes y tragedias policiacas para grabarlas y vendérselas a los noticiarios locales. “Lou” comienza con una vieja cámara y su destartalado automóvil, logrando contacto con “Nina Romina” (Rene Russo), la directora del noticiario local con menos audiencia de la ciudad y que necesita desesperadamente el pietaje de Lou, lo suficiente como para no preguntar cómo lo está consiguiendo.

Crítica de NightcrawlerUna regla básica para escribir un libreto es que tienes que hacer que la audiencia simpatice con tu personaje principal lo más rápido posible. En Nightcrawler, lo primero que vemos hacer a “Lou Bloom” es cometer un crimen sin ningún remordimiento, y cinco minutos después usar dicho crimen como un ejemplo de su tenacidad y dedicación. Los monstruos sí existen, solo que no tienen garras ni cuernos. Hay monstruos como “Lou”, con una enorme sonrisa y simpática disposición.

Jake Gyllenhaal bajó 30 libras (y aparentemente se metió hielo en las venas) para interpretar a un intenso y ambicioso personaje que inmediatamente causa una profunda y desconcertante impresión. “Lou” es el lado oscuro del sueño americano, la parte que no te cuentan en las historias. Para “Lou”, los seres humanos somos piezas que mover en un tablero gigante llamado vida. No se trata de dinero o poder, se trata de ser el mejor y punto. “Lou” quiere que sepas que él puede conseguirte el tiro de cámara que necesitas como sea, no hay costo humano porque para que haya costo, uno tiene que darle algún valor a esas vidas y con “Lou” eso no aplica.

Crítica de NightcrawlerAunque en Nightcrawler se exagera, la realidad es que “Lou” es el tipo de persona que gana cada vez que le damos clic a una foto escandalosa de alguna celebridad, cuando compramos una revista que promete enseñarnos imágenes “nunca antes vista” de ese artista o modelo. Detrás de esas fotos y videos hay una invasión de privacidad, un “jodete”, a esas figuras de nuestra sociedad que alcanzaron la fama, un pecado que castigamos convirtiéndolos en objetos constantes y obligados de nuestro entretenimiento. No hay mucha, casi ninguna, diferencia entre “Lou” y los que robaron y distribuyeron las fotos desnudas de artistas.

En su primera película escrita y dirigida, Dan Gilroy creo un ambiente que absorbe y combina elementos del cine “noir”, con el cinismo que permea constantemente en el nuevo milenio. Junto a la intensidad y malevolencia que expresa Gyllenhaal, convierten a “Lou Bloom” en uno de los mejores psicópatas que he visto desde que “Hannibal Lecter” nos dijo que vino iba bien con el hígado humano. Nightcrawler no se trata de enseñarnos una lección sino de llevarnos como pasajero en un viaje por la desesperación de triunfar donde no existen escrúpulos.

Crítica de NightcrawlerEsta es una película que va subiendo de intensidad con cada escena hasta desembocar en una de las secuencias más espeluznantes, no por lo que está pasando sino por como llegamos ahí. Y la razón por la cual no pude verlo como una parodia es porque, aun después de tantos años desde que pasó, no olvido las imágenes del automóvil de la Princesa Diana hecho pedazos al tratar de huir de la embestida constante de los paparazis.

Nigthtcrawler no es el tipo de películas al que estamos acostumbrados, no es de héroes ni villanos ni trata de sermonearnos, sencillamente nos presenta un lado que preferiríamos pensar que no existe. Aun cuando somos parte diaria de este. Inmensamente recomendada.

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