El problema con ser uno de los líderes modernos del horror es que la gente espera eso precisamente cada vez que se anuncia algo nuevo. Con Mike Flanagan, director de filmes como Geralt’s Game, Oculus, Doctor Sleep, y Hush, y la excelente serie The Haunting of Hill House, eso puede ser un problema pues Midnight Mass no necesariamente es una historia de terror tanto como drama. Eso no fue un inconveniente para mí, completamente absorbido por la trama pero es importante dejarles saber que esta nueva serie limitada requiere bastante atención.
Si conoces el trabajo de Flanagan quizás sepas que Midnight Mass es su proyecto más deseado, pues le ha hecho referencias en otros de sus producciones, y no tardarás mucho descubrir porque; en siete episodios Flanagan derramó aquí, junto a sus co-guionistas, todas las ideas, filosofías, pensamientos y reflexiones sobre la vida, muerte, fe, religión, prejuicios, familia, comunidad, amor, amistad y hasta las mismas estrellas, de donde venimos, nuestros antepasados y el significado de nuestra existencia. Hay mucho dialogo. Mucho. Tanto, que a veces parecía que uno de los eventos sobrenaturales de la isla era dar el poder de escuchar sin interrumpir.
Riley Flynn (Zach Gilford) asesinó una joven mujer en un choque de tránsito, conduciendo borracho. Por este crimen es enviado a la cárcel. Cuatro años después regresa a su pueblo de origen, una isla llamada Crockett, donde la población reduciendo cada vez más luego de un derrame de petróleo afectó la pesca, actividad económica principal del pequeño pueblo. Al mismo tiempo llega el Padre Paul (Hamish Linklater) sustituyendo el anterior sacerdote, Padre John Pruitt, cuyos problemas físicos y mentales le impiden regresar a la isla de su viaje a Jerusalén. Casi inmediatamente comienzan los cambios a notarse en la isla; específicamente en su población, hasta que un aparente milagro comienza la renovación espiritual, y social de los habitantes, aunque extraños sucesos entremedios amenazan con romper el delicado balance entre todos.
Aclarando un dato: Midnight Mass es horror pero más en lo que le llamo “horror reflexivo”, un subgénero en el que Flanagan se ha destacado, usando el terror como medio para estudiar las emociones humanas, elevadas a su nivel más intenso. Midnight Mass es su máximo ensayo sobre la humanidad, nuestra capacidad de amar, de enfrentar los peores terrores, sean monstruos sobrenaturales, errores del pasado, o manipulación social a través de la religión, o la presión de grupo.
Midnight Mass es probablemente el mejor trabajo de Flanagan, quien parece haber usado todos sus proyectos anteriores como practica para esta máquina de emociones, una serie que me partió el corazón en mil pedazos al menos dos veces y me dejó pensando en sus últimos momentos mucho después de terminar. Inmensamente recomendada.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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