Se acabaron los rumores, las peleas y la lloraera, las nuevas cazafantasmas llegaron… y más vale que sea para quedarse. 30 años después de la fantástica Ghostbusters, una nueva generación de creativos nos trae una historia completamente renovada, aunque usando referencias a la franquicia mientras establece su propio tono.
A punto de conseguir su catedra, la profesora “Erin Gilbert” (Kristen Wiig) ve su meta derrumbarse cuando resurge un libro sobre lo paranormal –un tema completamente despreciado en la comunidad científica- que escribió años atrás junto a “Abby Yates” (Melissa McCarthy). Al tratar de convencerla de volver a esconder el libro, “Abby” se envuelve en una investigación de un museo allegadamente embrujado. Ahí comprueban que sus teorías sobre la existencia del más allá son correctas y deciden continuar trabajando juntas, especialmente cuando los sucesos paranormales ocurren más fuertes que nunca.
Ghostbusters es una historia interesante. Mientras un sector de la población no puede aceptar la idea de un reboot, este filme comparte el mismo DNA de la original. Coscrita y dirigida por un comediante (al igual que la primera), su elenco es mayormente compuesto por actores salidos del legendario Staurday Night Live (como la primera), satiriza el gobierno, la sociedad, y la rigidez del sistema científico (adivinaron, como la primera).
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A mí también me fastidia tanto remake y reboot, pero, si lo van a hacer que sea como este, en donde tuvieron la inteligencia de hacerlo en un mundo nuevo con personajes nuevos sin estar atados a lo que sucedió en las otras, así que tranquilos, su amada “sagrada” franquicia está a salvo.
Ahora, si lo que les molesta es que sea protagonizada por cuatro mujeres, mala suerte porque son fantásticas. La química entre Kristen Wiig, Leslie Jones, Melissa McCarthy y Kate McKinnon se desborda en la pantalla grande mientras discuten entre ellas, construyen el equipo y luchan contra los fantasmas. Me quede con ganas de ver más.
Como si ser ridículamente atractivo no fuera suficiente, el desgraciado de Chris Hemsworth también resulta ser graciosísimo en la película, y no tuvo problemas en mantener escena con cuatro de los mejores comediantes del momento. ¿Ese tipo no sabe que ser gracioso es lo único que nos queda a los feos? ¡Mal rayo parta!
Ghostbusters contiene todo lo positivo y negativo de una película de PaulFeig (Bridesmaids, The Heat, SPY). Escrito junto a Kate Dippold (MADtv, Parks and Recs), el filme está compuesto por varios “sketches” incómodamente pegados entre si pues el guion está repleto de astutos chistes, auto-referencias, y bromas pero, Feig continua teniendo problemas de ritmo, transiciones y sobre exposición. Aunque eso último es también responsabilidad de los editores, es un rasgo común en sus trabajos anteriores, especialmente cuando llegamos al tercer acto.
Si hay algo por lo que recordamos los caza fantasmas son sus villanos (“no hay Dana, solo Zuul”), y en eso el filme falló. Neil Casey hace buen trabajo presentando su “Rowan North” antipático y extraño pero, dista mucho de ser memorable, funcionando solo como un instrumento para juntar el equipo.
Con todo y eso, Ghostbusters es mi película favorita del verano 2016 hasta el momento. Me hizo reír de principio a fin, y hasta tuvo par de sustos. Me gustó que buscaran nuevas armas para combatir los espectros, y la forma en que fueron usadas durante distintas secuencias – mi favorita fue una con Kate McKinnon, la nueva mama de los pollitos.
Perdí la cuenta de cuántas veces vi la original cuando era chico, y me encanta saber que una nueva generación de niños y niñas van a saber que no tienen que tenerle miedo a ningún fantasma, Les dejo la nueva Ghostbusters inmensamente recomendada.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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