Las películas basadas en video juegos tienen una merecida mala reputación de ser malísimas. El problema siempre es el mismo, ¿Cómo adaptar una experiencia tan personal a una historia de hora y media? Algunas estuvieron cerca pero, el “santo grial” sigue lejos pues, Assassin’s Creed no es la elegida.
Este filme es una adaptación aparte, no tiene nada que ver con la historia que has jugado. Es una pena porque este filme necesita urgentemente un poco de “Ezzio Auditore Da Firenze” en su vida.
Comienza bien. En la España medieval, “Aguilar” (Michael Fassbender) se une a la orden de los Asesinos, un grupo secreto que combate los Templares (otro grupo secreto) para evitar que encuentren “La Fruta del Edén”, un misterioso artefacto que contiene “la semilla de la desobediencia del hombre”, con el cual podrán controlar la humanidad entera.
En el presente, “Callum Lynch” (también Michael Fassbender) es ejecutado por asesinar un proxeneta, pero despierta en una instalación con la enigmática “Doctora Sofía” (Marion Cotillard) a su lado. “Cal” fue secuestrado por Abstergo, un proyecto de los Templares modernos, dedicado a perseguir La mencionada Fruta usando una fantástica maquina llamada “Animus”, la cual permite experimentar los “recuerdos genéticos” de tus antepasados.
¿Me sigues hasta ahora?
“Sofia” quiere que “Callum” acceda los recuerdos genéticos de su tataratataratataratatarabuelo “Aguilar”, ya que él fue el último hombre en haber poseído la Fruta.
En papel, Assassin’s Creed sería la escogida para romper la maldición de películas de video juegos; repleto de buenos actores, con Justin Kurzel como director, quien ya había demostrado tener buen ojo para combinar la acción con el drama. Sin olvidar que el mismo Fassbender entró como productor, lo cual nos decía que él quiere que esta sea su franquicia, por lo que no permitiría que fuera un fracaso.
You lose, Fassbender. Game over. Si necesitas una historia sin agujeros en el guion o personajes desarrollados, síguelo para más adelante, aquí no es.
Estoy exagerando un poco, Assassin’s Creed está ok. Se deja ver pero, ¿por qué tan seria? La Mortal Kombat de los 90’s es malita pero, nunca se toma en serio, ni pretende que su audiencia lo haga, por lo que sigue siendo bastante divertida, uno de los mejores intentos en adaptar video juegos. Aquí, el guion de Michael Leslie y Adam Cooper nos lleva a un mundo que nadie sonríe ni por equivocación; toda la simpatía y carisma de personajes en la serie se quedó en los juegos.
¿Es mi imaginación o Marion Cotillard nunca pestañea?
Lo visual es el verdadero triunfo de Assassin’s Creed. La fotografía de Adam Arkapaw recoge los hermosos diseños de producción, y vestuarios, mientras que la cámara de Kurzel nos deja apreciar las persecuciones, y batallas entre asesinos y templarios. Las escenas de pelea y “parkour” están claramente inspiradas en instantes de la serie, como la forma en que algunos personajes usan las armas y el icónico “salto de fe”. Es una pena que los actos de “stuns” no sea más reconocidos en las temporadas de premios, porque Assassin’s Creed tiene varios momentos emocionantes.
Adaptar video juegos nunca fue fácil, y menos una serie tan complicada como la de Assassin’s Creed pero, honestamente, esperaba que Fassbender y su corillo lo lograrían. No deja de ser un buen intento y un acto de valor que, se queda corto aunque, entretiene la mayor parte del tiempo.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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