Rocky, uno de los personajes fílmicos más famosos del cine, regresa en CREED. Sin embargo, el enfoque de la historia es “Adonnis Johnson” (Michael B. Jordan) el hijo de “Apollo Creed” su fallecido amigo y rival de las primeras cuatro en la saga. Aunque otra película de Rocky se siente innecesaria después de la excelente Rocky Balboa pero, esta es dirigida por Ryan Coogler, quien hizo la emocionante Fruitvale Station (esta en Netflix, si no la han visto).
Más vale que esta película tenga “Flying higher” por algún lado o van a tener problemas conmigo.
Sinopsis: Adonis Johnson (Michael B. Jordan) nunca conoció a su famoso padre, el campeón mundial de peso pesado Apollo Creed, quien murió antes de que el naciera. Aun así, no se puede negar que el boxeo está en su sangre, por lo que Adonis viaja a Philadelphia, el lugar del legendario encuentro entre Apollo Creed con un desconocido llamado Rocky Balboa.
Una vez en la ciudad del amor fraternal, Adonis busca a (Stallone) y le pide que sea su entrenador. A pesar de su insistencia en que está fuera del juego de lucha para bien, Rocky ve en Adonis la fuerza y la determinación que había conocido en el Apollo, el feroz rival que se convirtió en su mejor amigo. Luego de aceptar, Rocky entrena al joven luchador, mientras el mismo ex campeón está luchando contra un enemigo más letal que cualquiera que h enfrentado en el cuadrilátero.
Con Rocky en su esquina, no pasa mucho tiempo antes de que Adonis recibe su propia oportunidad por el título… pero, ¿podrá desarrollar, no sólo las ganas sino también el corazón de un verdadero luchador, en el momento de entrar en el ring?
Director: Ryan Coogler
Guion: Ryan Coogler, Aaron Covington
Actores: Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Tessa Thompson, Phylicia Rashad, Anthony Bellew
Fecha de estreno: 25 de noviembre del 2015 (Estados Unidos)
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Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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