Crítica: Segunda temporada de The Bad Batch - QiiBO QiiBO

Crítica: Segunda temporada de The Bad Batch

La transición entre la Vieja Republica y El Imperio es uno de los temas menos tocados en la era Disney, probablemente por la mala reputación que dejaron las precuelas. Afortunadamente se está rectificando; primero con la excelente Andor –la mejor serie de Star Wars y probablemente su mejor contenido desde la compra- y ahora con The Bad Batch. Creado y manejado por Dave Filoni (The Clone Wars, The Mandalorian), The Bad Batch es una mirada a los clones, un grupo apenas desarrollado en las producciones “live-action” pero, en la parte animada tiene sus propios trasfondos, historias y fanáticos.

En la primera temporada conocimos la escuadra 99 (primero presentados en la última temporada de The Clone Wars), cuatro clones con mutaciones dándoles habilidades superiores a los soldados regulares, usados para misiones “imposibles”, pues su condición “imperfecta” los hace todavía mas desechables que los regulares.

La segunda temporada nos lleva a través de la galaxia, comenzando casi inmediatamente donde nos quedamos dos años atrás, con la escuadra trabajando para Cid, una elemento del bajo mundo, obligados por ser prófugos, especialmente la pre-adolescente Omega (Michelle Ang), una clon fémina sin la condición de envejecimiento acelerado. Técnicamente una hermana genética de Boba Fett.

Pero el ejército clon no solamente continua envejeciendo apresuradamente, su conexión con la Vieja Republica es un inconveniente que el nuevo régimen prefiere eliminar, por lo que el senado prepara una medida para crear su propio ejército reclutado, mientras elimina los clones.

Entre medio de todo eso, La Escuadra 99 busca la manera de sobrevivir en una galaxia invadida por el fascismo, donde criminales aprovechan para enriquecerse a costa del caos.

The Bad Batch aprovecha su concepto para presentarnos las consecuencias de la guerra en la galaxia; en episodios cortos y rápidos, Filoni toca temas sobre refugiados, derechos de los veteranos, esclavitud, corrupción gubernamental y corporativa, y tráfico humano (eeeh, y extraterrestre) entre otros, sin nunca ser demasiado denso ni ligero. Entre secuencias de acción, siempre hay momentos de reflexión y drama.

Los primeros 14 episodios disponibles para prensa de Star Wars: The Bad Batch me tuvieron pegado a la pantalla, enamorándome cada vez más de los personajes (aunque Omega sigue siendo medio insoportable), disfrutando la combinación de géneros, hasta con un episodio casi de horror. Me gustó mucho más que la primera, y quede pendiente para ver el final de la temporada.

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