Cuenta la leyenda que la avaricia de un rey, llamado Midas, lo llevo a pedirle a Dionisio, el dios griego del vino, a que le concediera el poder de que todo lo que tocara se convirtiera en oro. Poco le duro la felicidad de su nuevo poder, al entender que no podía ni comer ni abrazar a sus seres amados. Midas terminó su vida pobre, alejado de su reino, y viviendo las desgracias que su avaricia le provocó.
Sin entrar en mayores detalles sobre su historia, su vida, y su fortuna, se pueden trazar grandes paralelos entre el Rey Midas, y el señor Joseph Blatter. Aun cuando el suizo no enfrenta la desgracia de sus acciones, ya se puede ver como todo lo que toca se convierte en oro, solo para que un poco más tarde le petardeen.
Tomemos el ejemplo del mundialito de clubes. Este evento, que se lleva acabo cada fin de año, tiene como objetivo coronar al mejor club de cada año, invitando a los ganadores de las 7 confederaciones y al mejor club local del país organizador. Con un formato confuso y fatigoso, solo el prestigio de lucir el parcho en la camiseta (y obviamente la inyección económica) mantienen la ilusión de los clubes, especialmente los europeos, de viajar medio mundo a competir por unas semanas ante clubes claramente inferiores. Sin intenciones de faltar respeto a ningún club, pero es sumamente difícil que el ganador de Oceanía, o la región de Norteamérica haga un partido lo suficientemente completo como para provocarle un mal día a los campeones Suramericanos o Europeos.
Hace unas décadas atrás, existían múltiples campeonatos inter-confederacionales, donde campeones de regiones especificas se enfrentaban para levantar una copa que, más que cualquier otra cosa, otorgaba “bragging rights” al ganador. Estos torneos regionales eran sumamente seguidos y valorados por los clubes y los fans, aunque la jerarquía central seguía pensando furtivamente cómo centralizar los torneos, pensando que eso atraería a un mayor público a escena.
En 2004 la mafia suiza logró su objetivo, y centralizó todos los torneos inter-confederacionales a solo uno. El mayor afectado por esto fue el torneo Intercontinental, disputado entre los ganadores de UEFA y CONMEBOL. Este torneo peleado entre, claramente las dos fuerzas mas grandes del futbol, coronaba ganadores de enfrentamientos como Juve – River (’96), o Boca – Munich (’01). El torneo era muy llamativo ya que era un solo partido entre dos grandes clubes. Mucha euforia se vivía durante, no solo el partido, sino en los días previos.
Otro de los grandes damnificados del toque dorado de Blatter, lo ha sido el premio al mejor jugador del mundo. Antes de consolidar el Balón de Oro como único y exclusivo premio a la excelencia futbolística, existían dos premios individuales que juzgaban quién merecía dicha distincion. El premio World Player of the Year (WPOTY), que desde su creación en 1991 ha sido entregado por la FIFA, y el Balón de Oro (BdO) como tal, que hasta 2009 era el premio al mejor jugador europeo. El WPOTY utilizaba gran parte de la metodología que el BdO utiliza ahora, otorgándole tres votaciones (5, 3 y 1 punto) a cada capitan y DT de las selecciones nacionales para que eligieran quién fue el mejor jugador (y la mejor jugadora) del año anterior. Por su parte, el Ballon d’Or de France Football, era una votación entre los periodistas que contribuían a la publicación (publicacion que hasta hace muy poco se conocía como la más importante y seria en el mundo de fútbol).
Sin embargo, Blatter, en su infinito deseo de poder, consolidó ambos premios, manteniendo la estética y el nombre del galardón otorgado por France Football y el sistema de votaciones del WPOTY, solo extendiendo el privilegio de votaciones a periodistas. Sin embargo, con todo el comercialismo y las influencias tanto internas como externas, el proceso de votaciones se ha ido erosionando para solamente favorecer al mejor delantero o centrocampista ofensivo basado en Europa. Este mismo proceso, incluso, se ha visto quebrantado, extendiendo sin razón alguna el proceso de votos, obviando los votos de algunos capitanes, y en un evento insólito, hasta ni haciéndole llegar las cartas de votaciones a ciertos capitanes o directores.
Sin ir a más, en mi opinión, ambos baluartes de la excelencia futbolística moderna tienen adjudicados un Balón de Oro más de lo que merecen. Tanto Messi con 5, como Cristiano con 3, consiguieron injustamente un galardon cuando en su momento otros lo merecieron más que ellos. Remontemonos al 2010 por un momento. El Inter de Mourinho liderado por un enfocadisimo Wesley Sneijder se adjudica la Champions, dejando atrás al FC Barcelona en las semis y doblegando al Bayern Munich en la final. Por otro lado, ese mismo verano se juega la Copa del Mundo donde España se corona como campeona por primera vez liderada por Andres Iniesta y Xavier Hernandez. También cabe resaltar al equipo charrúa que a pesar de un 4to lugar, vio como su delantero Diego Forlan se corona mejor jugador del torneo, esto luego de ganar la Europa League con el Atleti a penas unas semanas antes. Sin embargo, el galardón, aunque contando el podio con ambos centrocampistas españoles, se lo ganó Lionel Messi, sin haber tenido su mejor año, ni a nivel colectivo ni a nivel personal. Un podio mas justificado hubiese sido el de Andres Iniesta, Wesley Sneijder y Diego Forlan, con cualquiera siendo digno merecedor del premio.
4 años más tarde, Cristiano Ronaldo queda como ganador del Balón de Oro luego de que Joseph Blatter, tras haberse mofado del Luso, llamándolo chulo e imitando sus bailes, extendiera el proceso de votaciones para el galardon por unas semanas para acomodar el repechaje europeo que Portugal disputaría contra Suecia para sellar el pase al Mundial de Brasil. Fue en ese momento en que el periodismo madridista, encabezado por personajes como Tomas Roncero y Josep Pedrerol, alzaron sus voces en unión reclamando que la FIFA, y especificamente Blatter rectificaran. No solo eso, sino que muchos capitanes y técnicos aseguran que sus votos no fueron los que la FIFA mostró. Este premio, especialmente, se vio como una movida más de parte de los dirigentes de la Federación para apaciguar los gritos y calmar las aguas.
Entonces, toca preguntar: ¿Donde está el Balón de Oro de Xavi? Que fue el motor con el que ese famoso Barça de las 6 copas logró todo ¿Donde está el Balón de Oro de Iniesta?, que le dió un Mundial a España. ¿Donde está el Balón de Oro de Pirlo? ¿O de Phillipp Lahm? Dos de los jugadores más importantes e inteligentes que el fútbol ha presenciado en la última década. Gane o no el delantero de moda, no se necesita mucho para ver que el prestigio de este galardon se ha erosionado.
Con todo el escandalo actual de la FIFA, quizá si estemos viendo cómo el toque dorado de Blatter le este jugando en contra, ya que poco a poco el imperio dorado que el mismo construyó se le está quebrantando encima, y que así como Midas vivió sus últimos días en pobreza, Blatter viva un destino parecido. Pero sobre todo esperemos que quien lo reemplace entienda que sin devolverle el fútbol a los jugadores, y sobretodo a los fanáticos, el imperio dorado de la FIFA pronto dejará de existir.
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