Foto: AP/Kin Cheung
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Javier Culson no cumplió el domingo con sus expectativas y quedó fuera de la final de los 400 metros vallas en el Mundial de Atletismo que se disputa en Beijing.
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El puertorriqueño salió por el sexto carril en su serie y, pese a un buen inicio, fue perdiendo fuerza en la segunda mitad de carrera y acabó en quinto lugar, 18vo global.
Su crono de 49.36 segundos quedó muy lejos de la marca del mejor finalista, el ruso Dennis Kudryatsev (48.23), y resultó del todo insuficiente para sellar el boleto a la final, que se celebrará el martes en El Nido de Pájaro.
En ella también estarán los estadounidenses Michael Tinsley y Kerron Clement, así como Jeffery Gibson, de Bahamas, candidatos los tres a subirse al podio.
El octavo clasificado, que marca el límite para la clasificación, fue el keniano Nicholas Bett, con marca de 48.54. Culson quedó pues a 42 centésimas de segundo de su objetivo mínimo.
El boricua, quien disputó su quinto mundial y tiene previsto acudir a los Juegos Olímpicos de Río 2016, es hasta la fecha el único atleta de su país que ha conseguido medalla en una cita mundialista; pero actualmente clasifica octavo en el ránking internacional de su especialidad, con una discreta marca de 48.48 como la mejor de su temporada.
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A sus 31 años, está lejos del nivel que demostró en 2010, cuando consiguió su mejor marca personal con un tiempo de 47.72, pero aspiraba a volver a colarse en el podio en Beijing, como hiciera en Berlín 2009 y Daegu 2011, cuando recolectó sendas medallas de plata. El previo certamen, Moscú 2013, había sido el peor para Culson, que finalizó en sexto lugar; decepcionante, aunque bastante mejor que en la actual mundial.
Nada hubiera hecho más feliz al boricua, plata de nuevo en los recientes Juegos Panamericanos de Toronto, que un triunfo antes de emprender una nueva aventura olímpica; pues, pese al gran número de medallas que atesora, entre ellas la olímpica de bronce en 2012, no se haya ningún oro.
La mala suerte en las finales persigue a Culson, quien el domingo no logró ganarse una nueva oportunidad para truncar su particular gafe.
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