¡Ay Sansa!, que inocente eres. Después de un episodio lento como el de la semana pasada, Game of Thrones regresó a lo que hace mejor: drama y desarrollo de personaje mientras nos dejan con la quijada en el piso. Robb recibe buenas noticias, Daenerys hace una oferta y Theon pierde su Greyjoy.
Jon y los Wildlings (oye, buen nombre para una banda de rock) están de camino hacia Castle Black luego de haber logrado escalar la muralla. Si de algo me he quejado esta temporada es lo mal que han manejado la historia de Jon, especialmente su relación con Ygrette. Esta semana por fin vimos la relación entre estos dos; el amor y la rivalidad. Jon Snow sabe que atacar Castle Black es una misión suicida pero Ygrette no quiere escuchar. Finalmente vemos algo de la Ygritte salvaje e independiente que existe en los libros mientras que la duda sobre si mantener su teatro o realmente unirse a los salvajes está calando en Jon, no solo por la chica besada por el fuego, sino por la camarería con estos.
La lluvia está atrasando a Robb Stark y a su tío Edmure que van de camino a las Torres Gemelas de Fray para la boda de este último. Robb está estresado porque todo salga bien y nada mejor para eso que una noche de pasión con su reina (¡ataca! ¡ataca!). Después, mientras escribe una carta a su madre en Volantis, Talisa le da una gran noticia a Robb: está embarazada. Esto cae como un bálsamo, no solo por lo obvio sino porque por fin tendrá un heredero, algo muy valioso en Westeros, especialmente entre realeza.
A Osha no la hace nada de gracia que Bran se la pase conversando todo el tiempo con Jojen Reed, mucho menos cuando se entera que planean continuar al norte y no a Castle Black ya que, gracias a sus visiones, Jojen sabe que Jon no está ahí. Bran le explica que el cuervo de tres ojos lleva mucho tiempo llamándolo y ahora sabe que su destino es buscarlo en el norte. Osha les cuenta la razón por la cual decidió escapar de allá: su propio esposo se convirtió en un Wright y trató de matarla. Fue un triste y espeluznante monólogo y Natalia Tena (Osha) la sacó del parque o como diría Hodor: “hodor”.
En King’s Landing, Sansa se desahoga con Margaery sobre casarse con Tyrion. La futura reina consuela a la chica Stark con la idea que Tyrion no es el peor Lannister y que sus hijos podrían ser los señores de Castle Rock – el castillo Lannister – y Winterfell. A Sansa le preocupa que Tyrion sea un enano pero Margaery le da una lección oral sobre los distintos gustos y al fin y al cabo lo importante es que un hombre sepa qué hacer con su mujer, ya que Tyrion tiene experiencia y eso es bueno porque: “Hay que practicar, ¿sabes?, Hacernos disfrutar es complicado”. Sansa le pregunta “¿Cómo lo sabes? ¿Tu mama te enseñó eso?” La cara de Margaery podía ganar un torneo de póker “Sí, mi dulce niña, mi madre me enseñó”. ¡Ay Sansa!. Lo que le faltó a Margaery fue tocarla con la mano en el tope de la cabeza “sí nena, sí”.
El encuentro más esperado de la temporada se dio; Tywin Lannister se reúne con su rey. Joffrey está ofendido que las reuniones del consejo se den en la torre del rey en lugar de donde siempre. El imbécil rey también está preocupado con las noticias de que existen tres dragones y una Targaryen (Hey!, buen título para un sitcom) pero Tywin lo descarta como problema por el momento. Siempre hablamos de Peter Dinklage y Sean Bean y Emilia Clark pero esta semana el episodio le perteneció a Charles Dance; en la forma en que Tywin se dirigió a Joffrey siendo respetuoso, pero prácticamente dejando claro quién manda aquí. Joffrey nunca se había visto más como el tonto niño que es, como en esta escena con su abuelo despachando sus bobadas. Sé que todos están esperando a ver si algún día Joffrey recibe su castigo pero me disfruté esta escena y su cara de asustado cuando Tywin subía los escalones del trono me es suficiente por el momento.
Aunque llevaba dos semanas apareciendo en los créditos de entrada, es en esta semana que Daenerys llega a Yunkai, otra ciudad que obtiene su riqueza de la venta y compra de esclavos. El problema es que ahí ya saben quién es ella y lo que hizo en Astapor y peor, está completamente rodeada de altas y fuertes murallas. Dany envía un mensaje pidiendo un representante de la ciudad para negociar la rendición. Tiene pantalones la dragona.
Me encantó como usaron la llegada del embajador para mostrar el tamaño del ejército de Dany y su campamento. Los tiempos en que era una niña indefensa se acabaron. El emisario llega con dos cofres grandes llenos de oro y la petición de los señores de la ciudad: “sigan de largo, dejen a Yunkai en paz”. La contra oferta de Khaleesi es más fácil todavía: “liberen a todos los esclavos y páguenle por sus años de servicio con ropa, propiedad y comida o no habrá misericordia para ellos”. La escena fue magnifica, Dany contestó la arrogancia del mensajero con una demostración de sus dragones. Ahora le toca a Jora averiguar quiénes son los “poderosos amigos” de los cuales habló el tipo.
Tyrion tiene sus propios problemas con su matrimonio con Sansa Stark, no importa cuánto no quiera admitir que le gusta la joven. Adicional a eso, Shae “the funny whore” no le están haciendo las cosas fáciles y por más que trata de apaciguar la situación y prometerle que seguirá siendo su amor, Shae insiste en que se vayan a las ciudades libres pero a Tyrion no le interesa. La conversación se queda en nada cuando Shae se va del cuarto. Parece que Tyion se quedó sin su disfrute semanal.
Algunos cambios no tienen sentido al principio pero esta semana lo de Gendry y Melisandre cayó en tiempo cuando ella le revela al chico que su padre era el Rey Robert de la casa Baratheon y que eso explica su fuerza y su habilidad peleando, “hay poder en la sangre de un rey”. Ya hemos escuchado a Melisandre decir eso y nunca parece tener las mejores intenciones.
Arya está furiosa que la hermandad haya vendido a Gendry. Beric trata de hacerla entender que fue por designio del dios de la luz. Arya le dice que para ella solo hay un dios: La muerte. Fue un buen recordatorio de una de las mejores escenas de la primera temporada entre Arya y su maestro Syrio y fue una buena escena donde vemos como ha crecido su personaje. Cuando llegan noticias de que hay soldados Lannister merodeando, deciden perseguirlos, lo que enfurece más a Arya porque significa que se tardaran más en llevarla a Riverrun donde se supone que está su familia. Arya escapa y justo cuando parece que quiere regresar, una mano la agarra y se la lleva. El Hound la encontró y no la va a dejar ir. De Guatemala a Guate-la-secuestró-una-de-las-peores-personas-posibles.
¿Podrá pasar una semana sin que presenten como torturan a Theon? Hay semanas donde no vemos a Dany ni a Jon pero vaya que les encanta enseñar lo miserable que se ha vuelto la vida del Geyjoy. ¿A quién engaño? Lo de esta semana no me molestó mucho. Esta vez enviaron dos hermosas mujeres a curarlo y hasta seducirlo, pero justo cuando el “pequeño Theon” se estaba levantando para la ocasión, aparece el torturador y después de varias burlas decide hacer al Greyjoy más pequeño… por algunas pulgadas. En esta serie los pecados se pagan bien caros.
Sé que hace un rato dije que el episodio le perteneció a Charles Dance (Tywin) pero mentí; Jaime Lannister tuvo dos tremendos momentos, primero con Brienne antes de irse de Harrenhall, donde le juró que cumpliría la promesa que le hizo a Catelyn Stark de devolverle a sus hijas. La otra cuando ya se había ido del castillo y conversando con el ex Maester Qyburn se enteró que el soldado Hoat (el que le cortó la mano) rechazó la oferta del padre de Brienne porque todavía se cree lo de los zafiros.
Jaime decide regresar a Harrenhall para buscar a Brienne y cuando llega, resulta que la están usando como diversión: la tiraron en un hueco con un oso y una espada de madera. Jaime, el mismo tipo que en el primer episodio trato de matar un niño, brinco al hoyo para salvar a Brienne. La escena fue bien buena pero me hizo pensar inmediatamente en esa escena de Anchorman donde Ron Burgundy hizo lo mismo, Jaime probablemente pensó igual que Ron.
Sin armas y sin una mano, Jaime como quiera se puso entre Brienne y el oso y la ayudo a trepar. Finalmente, el oficial encargado de Jaime le disparó al oso con sus flechas y aunque siguió tras de Jaime, lo sacaron del foso. Jaime se llevó a Brienne consigo pero no sin antes usar su famoso sarcasmo con Hoat, “lo siento por los zafiros”. Si el final fue buenísimo, la música instrumental de la canción Lannister, “The Rains of Castamere”, fue como decimos acá, la cherry en el tope.
Pasaron muchas cosas en este episodio y aunque no todas tuvieron utilidad, fue divertido. Si yo fuera ustedes, a estas alturas, dejaba de ver los avances de los próximos capítulos. ¿Qué les pareció a ustedes The Bear and The Maiden Fair QiiBOnautas?
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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