Cuando se habla de fantasía es obvio mencionar El Señor de Los Anillos como una de las mayores influencias del género. Pero, para que la saga de la Tierra-Media existiera, el gran Tolkien necesitó su propia inspiración, y una de las más fuertes fue la leyenda del Rey Arturo y el Reino de Camelot.
Esta historia ha sido adaptada múltiples ocasiones en distintos medios y ahora llega Cursed, una nueva serie exclusiva de Netflix, basada en la novela grafica de Tom Wheeler (quien también produce el programa) y el legendario Frank Miller (The Dark Knight Returns).
Cuando niño amaba las historias de Excalibur, Lancelot, Arturo y Merlin. Aunque es una de esas cosas que abandone con la adultez, le tengo cariño nostálgico.
Les digo esto para que sepan que realmente quería que me gustara Cursed.
Con esta serie, el servicio de transmisión digital continua su misión de darnos el próximo Juego de Tronos para enviciar la audiencia que quedó con las ganas (o decepcionada) después de salir de Westeros. Primero fue The Witcher, fallando completamente.
Tampoco es Cursed.
Cuanto la disfruten depende cuan dispuestos estén a aceptar los radicales cambios que hacen Wheeler y Miller de la leyenda Arturiana. Y aun así, les recomiendo entrar con las expectativas moderadas. Cursed no es lo peor que se ha hecho en Netflix pero muy lejos de lo mejor, cayendo firmemente en…ok.
En un mundo donde los humanos conviven con criaturas mágicas, las cosas están cambiando drásticamente. La ascendente Iglesia católica no acepta competencia por lo que las tierras de hadas, faunos y otras razas están siendo invadidas y aniquiladas por un grupo paramilitar conocido como los Paladines Rojos. Su misión sagrada es exterminar todo infiel o especia que se considere un insulto a la naturaleza, lo que básicamente incluye todos los que no sean humanos.
Katherine Langford (13 Reasons Why) interpreta a Nimue, una joven hada rechaza por el resto de su aldea por un evento durante su niñez que la marcó como “maldita”. Nimue ha demostrado habilidades superiores a sus pares, pero el desprecio de todos la aleja de querer usarlos, a pesar de ser escogida por “Los Escondidos”. Cuando su hogar es atacado por los Paladines, Nimue recibe de su madre – la alta Sacerdotisa- un importante tesoro: la Espada Excalibur. Con sus últimas palabras, su madre le encarga entregársela a Merlín, un hechicero de su misma especie que, sin embargo, ha pasado las últimas décadas sirviendo Reyes humanos.
Mientras tanto, el pusilánime Rey Uther Pendragon enfrenta una sequía, y la amenaza de un ejército enemigo liderado por un aspirante al Trono. Uther le exige a Merlin usar magia a su favor. Merlin acepta ayudarlo, sin revelarle el pequeño detalle de haber perdido sus poderes hace mucho tiempo.
En su camino hacia Merlin, Nimue encontrará nuevos aliados, incluyendo un arrojado mercenario llamado Arturo (si, ESE Arturo), una monja, y otros miembros de su especie, que la comenzarán a ver como la elegida para salvarlos del cruel ataque de los humanos.
Uno de los grandes cambios que Cursed le da a la leyenda es convertir la espada en un objeto más parecido al Anillo de Sauron, que la respetada arma gloriosa. Con el poder que otorga también viene corrupción a quien la empuñe, aunque eso no detenga las distintas facciones de querer quitársela a la joven bruja.
Nimue deberá decidir entre cumplir el último deseo de su madre, o usarla ella misma para convertirse en la caudillo que ansía su pueblo.
Cursed intenta refrescar la leyenda Arturiana, no solamente poniendo a Nimue como la heroína, sino meterle intriga política al estilo del Juego de Tronos pero, falla en lo básico: hacer que nos importe. En lugar de personajes complicados con distintas perspectivas que ponen la audiencia a querer decidir quién quiere apoyar, no hay nadie que me interese. Este juego lo puede ganar quien quiera. El único personaje interesante es Morgana, aunque lamentablemente su historia ocurre casi en los últimos episodios.
Katherine Langford hace lo que puede pero Nimue apenas tiene motivación para sus acciones más allá de que “el libreto lo dice”, y nunca me creí su temor a usar poderes, simplemente porque “son demasiado” o algo así. Las escenas cuando utiliza la espada me dieron más risa que emoción, rozando en frustración, ante la insistencia en decirnos cuan drenante es combatir con ella, en vez de hacerla impactante.
Hay algunos momentos chéveres en Cursed, pero fue una de esas experiencias donde a cada rato miraba cuantos episodios quedaban y para cuando la cosa “se puso buena” ya fue tarde.
Quizás ayude a “rascar” la vena para los que gustamos la fantasía pero, Cursed decidió ser más seria de lo que necesitaba, y comete el error de confundir depresión con seriedad. Véala a su riesgo.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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