Llegó el momento. Los últimos episodios de Star Wars: The Clone Wars serán “El Cerco de Mandalore”, una de las ultimas batallas en las Guerras Clon, justo antes del levantamiento del Imperio Galáctico, y la cual cambió el rumbo de los sistemas en el Borde Exterior de la Galaxia por generaciones.
Nota: esta reseña contiene revelaciones (“spoilers”) de los episodios Old Friends Not Forgotten y The Phantom Apprentice.
Viejos Amigos Nunca Olvidados.
Quiero llorar. No esperaba que hubiera otro encuentro entre Ahsoka y Anakin en estos nuevos episodios pero sí ocurrió. Luego de su aventura con las hermanas Martez, Ahsoka se reencuentra con no solamente Obi-Wan Kenobi y su antiguo maestro Jedi, sino con su escuadra, quienes pintaron sus cascos con los colores de Tano.
Permiso, me cayó algo en el ojo.
Pero eso no es todo; antes de separarse (por última vez) Anakin le da un último regalo: nuevos sables laser.
Permiso, me cayeron más cosas en los ojitos.
Debido al tratado de neutralidad en Mandalore, la Republica no puede incursionar directamente como quiere Bo-Katan pero, Obi-Wan acepta circundar la restricción enviando la escuadra de Ahsoka, quien técnicamente ya no es parte de la Orden Jedi, usando la excusa de que sospechan la presencia de Maul.
Este fue un episodio inmensamente emocional para cualquier fan viejo de Star Wars, tanto de las películas como la serie, especialmente porque ya está ocurriendo justo cuando comienza Episodio III: La Venganza de los Sith, pues el General Grievous atacó Coruscant para secuestrar a Palpatine.
Cada vez que mencionan un elemento de Episodio III se me aprieta el pecho, pues es como ver un desastre de tráfico en cámara lenta sin poder hacer nada para evitarlo.
Duele todavía más cuando recordamos lo que Ahsoka significaba para Anakin. No solamente su aprendiz, prácticamente su hija o pequeña hermana, pero su conciencia. Ante la separación de Padme debido a la guerra, Ahsoka fue el compás moral de Anakin, manteniéndolo en el lado correcto, con mucha más influencia que el mismo Obi-Wan.
La salida de Ahsoka de la Orden Jedi fue el comienzo del fin para Skywalker.
El episodio en si está excelente; mucha acción, intriga y aventura, con los Mandalore peleando uno contra otros pero, entre la gente de Bo-Katan, y la escuadra de Ahsoka logran dominar hasta derrotar el reinado de Almec, quien en realidad era un líder marioneta de Maul, bajo su “Colectiva de las Sombras”, incluyendo su grupo mafioso “Amanecer Escarlata”.
El Aprendiz Fantasma
Desde el primer adelanto de esta última temporada, la expectativa era el encuentro entre Ahsoka contra Dath Maul; cada uno aprendiz de dos de los personajes más poderosos, aparte de ser extremadamente hábil cada uno.
Con el Primer Ministro Almec capturado, Ahsoka necesita interrogarlo para encontrar a Maul. Bo-Katan logra sacarle alguna información pero la guerra civil continúa con Gar Saxon asesinando de lejos a Almec antes de este poder revelar lo que sabe.
En video conferencia con Obi-Wan, Ahsoka se entera que Count Dooku fue destruido por Anakin, quien ahora tiene una nueva misión: espiar su amigo y mentor, Palpatine.
Nuevamente sabemos en qué parte de la saga estamos, y vemos lo que ocurre desde otra perspectiva. La Orden Jedi cometió varios errores, y ese fue uno de los peores. En su afán de mantenerse relevantes en su posición, rompieron leyes, violaron medidas éticas y hasta sus propios preceptos. Fueron arrogantes, imprudentes, y despreciaron el mismo sistema que intentaban salvar, cayendo redondos en el maquiavélico plan de Sheev Palpatine.
Ante su derrota en Mandalore, Maul se ve tranquilo pero algo esconde. Esto no sería Star Wars sin que un Sith intente reclutar un Jedi, y eso mismo es lo que Maul intenta.
Pero no se trata de la misma oferta de siempre. Maul revela que la verdadera razón de su invasión a Mandalore era para atraer a Obi-Wan Kenobi, no solamente para su venganza, sino porque sabía que con el vendría…Anakin Skywalker.
Resulta que Maul tuvo una visión de lo que pasará en los próximos días – la caída de la Republica, el levantamiento del Imperio…y Darth Sidious. Maul ofrece una alianza con Ahoka, quien se ve tentada, hasta que Maul asegura que Sidious llegará al poder con la ayuda de Anakin, algo que la joven Tano no puede creer.
Aunque más corta de lo que hubiera querido, la esperada batalla entre Ahsoka y Maul no me decepcionó. Maul nuevamente intenta escapar del planeta excepto que, con la ayuda de sus Clones, Ahsoka logra capturarlo, ante la desesperación del antiguo aprendiz Sith – quien grita sus advertencias de lo que está a punto de pasar.
Maul sabía. Sabía lo que pasaría en la Galaxia.
Esto fue abrumadoramente emocional. La expectativa de los próximos dos episodio, sabiendo que por ahí viene la orden 66 – ver como Ahsoka será traicionada por sus propios soldados, y ver lo que avecina para todos estos personajes.
Una gran parte de disfrutar esta serie es como te sientas acerca de los personajes. Y gracias a he Clone Wars, hasta Dath Maul me toca. En este episodio lo vemos dolido de haber sido usado como peón de Sidious, quien también asesinó su hermano Savage Opress. Maul nunca tuvo oportunidad de tener una buena vida por lo que hizo todo lo posible para sobrevivir, incluyendo construir organizaciones criminales. Ante el inmenso cambio en camino, fue uno de los pocos que se preparó para lidiar con la nueva realidad en la Galaxia.
Solo faltan dos episodios y sospecho que serán intensos – Al menos con estos dos episodios The Clone Wars cementará su posición como l mejor contenido de star Wars desde la trilogía original.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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