Es increíblemente triste y deprimente que en el 2019 el fascismo tenga que ser un tema necesario de abundar en filmes. Pero si de algo ha servido históricamente el arte, especialmente la comedia, es denunciar los absurdos de los poderosos. Aun en contenido imperfecto como el nuevo filme de Taika Waititi (Thor: Ragnarok).
Apúntenme en la lista de los que amó Jojo Rabbit.
Jojo (Roman Griffin Davis) es un dulce y sensible chico alemán en los últimos meses de la segunda guerra mundial, completamente convencido de la ideología nazi. Su amigo imaginario es el mismo Hitler (interpretado exageradamente por Waititi – un polinesio con ascendencia judía), a quien Jojo admira como si fuera un superhéroe.
El pre-adolescente quiere pelear para el Tercer Reich por lo que se une a los “Jóvenes de Hitler”, una versión de los niños escuchas con la cual el gobierno nazi inculcaba su asquerosa visión de supremacía blanca al pueblo desde pequeños.
Pero la naturaleza de Jojo es demasiado humana por lo que se convierte en blanco de burlas del resto de los chicos. En un alocado intento para demostrar su convicción, Jojo sufre un accidente que lo aleja de su sueño.
Sin mucho que hacer, Jojo se mantiene en su casa cuando descubre que su madre Rosie (Scarlett Johansson) mantiene escondida a Elsa (Thomasin McKenzie), una adolescente judía, dentro de las paredes del cuarto de su fallecida hermana.
Una forma fácil de describir Jojo Rabbit es como si fuera una película de Wes Anderson menos mágica y más incómoda. Waititi usa su particular estilo de humor para desarrollar un comentario sobre el prejuicio, el odio, la estupidez de la guerra, y el amor como antítesis a todo.
Sus buenas intenciones son obvias pero Jojo Rabbit peca de tocar sus temas demasiado superficiales, rayando en infantil, lo cual en cierta forma podría ser su intención, excepto que en momentos no lo parece. Hay escenas genuinamente tristes, posiblemente demasiado intensas para que padres se sientan cómodos exponiendo a sus hijos.
Por otro lado, a veces hay que ser crudo. A 74 años de terminar la Segunda Guerra Mundial, el mundo parece haber olvidado las duras lecciones de permitir ciertas políticas tener su momento al sol. El autoritarismo, populismo y extremismo quieren regresar a dominar, por lo que recordarnos los inevitables resultados es más necesario que nunca hoy día.
Jojo Rabbit supera sus debilidades gracias al constante humor de Waititi, y un potente elenco de apoyo liderado por Johansson como una madre intentando mantener un semblante de normalidad, mientras colabora con la resistencia, esperando el fin del conflicto. Sam Rockwell interpreta un inepto Capitán resignado a ver el sistema cayéndose, con Rebel Wilson haciendo lo que hace, junto a Alfie Allen, Stephen Merchant y Archie Yates.
Me hizo reír, me tuvo en suspenso y hasta lagrimear. Disfruté Jojo Rabbit de principio a fin y ojalá no sea la única burlándose de aquellos usando el prejuicio de otros para imponer sus ideas.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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