Antes que el internet los mandara al panteón de lo obsoleto, los video-club tenían otro uso como depósito donde los estudios enviaban películas que no fueran lo suficiente buenas para llegar a cine. A esas producciones les decían “Directo-a-video”, lo cual es una forma bonita de decir “hicimos una porquería y ahora veamos si por lo menos le sacamos dinero alquilándolas”.
Para ser justo, no todas eran por la misma razón. A veces eran cintas hechas con la intención de sacarle dinero extra a una valiosa propiedad (hola, Aladdyn: The Return of Jafar), y en otras por problemas legales entre compañías de producción y/ o estudios.
Todos los video clubs estaban diseñados más o menos de la misma forma; primero estaba los estrenos, los video juegos y entonces estaban divididos en categorías. Y ahí es donde se encontraban “tesoros” escondidos. Lo sé porque pase mucho tiempo de mi niñez y adolescencia en esos pasillos repletos de soñadores.
En cada una de esas cajas de cartón estaban los deseos de cientos de trabajadores, buscando su pedazo del pastel; posiblemente felices de ser parte de la industria, aunque fuera en los rincones despreciados, donde apenas se pasaba una escoba y menos un trapeador.
Para esas películas ahora existen los Streamers. Y afortunadamente para ellos, Netflix sigue de lo más feliz lanzando dinero para darle esa oportunidad a cuanto creativo se les acerca con un guion, una sonrisa y medio sándwich.
Una de estas es Fractured, nuevo estreno exclusivo del Gran Rojo en su mes de “Netflix & Chills, dedicado al horror en Octubre. Uno de esos filmes que se describen fácilmente como “esta chévere, se deja ver, nada del otro mundo”.
Sam Worthington (Avatar) interpreta a Ray More, un alcohólico en recuperación regresando de la cena de acción de gracias junto a su esposa Jonne (Lily Rabe, de American Horror Story) y su hija de seis años Peri (Lucy Capri). Cuando se detienen en una gasolinera, Peri sufre una caída junto a Ray, lo que los hace ir a una sala de emergencia.
Sin embargo, Ray nota algo raro en el hospital, quienes se sienten más preocupados por conseguir información privada de Ray y su familia que atender el brazo de su niña. Luego de ser atendidos, Peri es enviada para unos exámenes extra junto a su madre. Luego de horas de espera, Ray descubre una horrible situación: ni su esposa ni su hija aparecen, y nadie en el hospital sabe dónde se encuentran. Peor aún, todos actúan como si nunca hubieran estado allí.
Aunque no es un nombre altamente conocido, el director Brad Anderson se ha hecho una decente carrera en cine y televisión, mayormente por otros thrillers como The Machinist (donde Christian Bale pasó mucha hambre), Fringe, y Transsiberian. Anderson tiene un dominio firme del suspenso, poniendo su audiencia a aguantar la respiración con giros de la trama, algunos predecibles, otros ingeniosos.
Sam Worthington hace el mejor trabajo que le he visto, y es casi una pena que sea aquí donde probablemente no mucha gente lo vea. Ray es un hombre con un trágico pasado, y un matrimonio a punto de quebrarse, divagando entre la razón, la desesperación, y la necesidad primal de hacerse respetar y demostrar su valor como protector de los suyos.
Fractured no hubiera tenido un buen paso por cines pero, como “tesoro” escondido en la nueva versión de los “directo-a-video”, resulta ser un decente rato, y es posible que la mayoría de la gente que la vea la disfrute. Si la hubiera alquilado en aquellos tiempos, hubiera dicho “oye está buena, no perdí los $2”.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
Comments are closed here.