El principio de los 2000s fue un lapso de tiempo bien extraño para todo el mundo. Las personas menores de 25 años se sentían fuera de lugar, atrapados con unos padres que a su vez se veían viviendo en un mundo liberal que parecía haber surgido de la noche a la mañana, y por consecuente, también se sentían fuera de lugar. Quizás lo que todas las generaciones tenían en común en ese periodo de tiempo era la paranoia colectiva que había traído el ataque terrorista del 9/11 y la guerra de Irak. Este es el contexto de Lady Bird, la primera película de la gran Greta Gerwig como directora.
Lady Bird se desarrolla en este periodo de tiempo, en el 2002, donde cuenta la historia de Christine McPherson, mejor conocida por su nombre auto-denominado, Lady Bird. El filme se enfoca en su personaje, su vida como una estudiante senior de high school, sus romances, y su tumultosa relación con su madre.
Técnicamente, Lady Bird es un coming of age story. Y como muchos filmes del género, la película te lleva por los momentos “grandes” de la vida del personaje (sacar la licencia, la primera vez que tienes sexo, that kind of stuff). Pero – aunque el filme está haciendo ruido en los premios hollywoodenses de esta temporada –, Gerwig no toma el hollywood approach con estos momentos. Sino que los escribe, y dirige, con una honestidad y realismo que es más común en los filmes del circuito independiente. Aunque la historia de la película suena sacada de una novela para jóvenes (young adults), el guión de Gerwig se encarga de que el filme no caiga en los clichés de este género literario (y cinematográfico).
La dirección de Gerwig se hace notar, especialmente si estás familiarizado con el trabajo que ha hecho la actriz americana anteriormente. Es similar a la dirección, y la forma de escribir, de Woody Allen; la mayoría de los protagonistas masculinos que crea Allen son una versión de él, de una forma u otra, pues así es Gerwig al dirigir/escribir. Al interpretar a Christine, Saoirse Ronan (acabo de escribir eso sin googlearlo, yes!) actúa como Gerwig habla, y se mueve, en vida real.
Otro detalle de la dirección de Gerwig es el look del filme. En una entrevista, el director de fotografía de la película, Sam Levy, dijo que Greta quería que el filme se sintiera “como un recuerdo”. Aunque el filme cuenta la historia de una manera bastante realista, la película sí tiene un look un poco dreamy, especialmente debido a su paleta de colores. También está editada similar a como recordamos; moviendonos en tiempo y espacio en un abrir y cerrar de ojos.
Lady Bird hace un comentario acerca de dos cosas: Primero, como sin importar en que parte del mundo vivas, nunca estamos satisfechos, y siempre queremos escapar a otro lugar. Siento que si el filme tomara lugar en New York, que es al sitio que Lady Bird quiere ir, probablemente el protagonista estaría loco/a por mudarse a Caifornia. Similar a como Meadow Soprano, de la serie de televisión The Sopranos, quiere mudarse al “west coast”, la inversa de lo que Lady Bird quiere. Así es la ironiá de la vida.
Segundo tema que toca el filme, y quizás un poco más prominente, es sobre el “choque cultural”, por decirle así, que le tocó vivir a nuestra generación. Con esto me refiero a un choque entre creencias morales, religiosas, y sociales que tuvieron las personas mayores, con los jóvenes de hoy día (o, en el caso del filme, de comienzos de siglo). Esto se ve a casi todo momento en el filme, especialmente en la relación de Lady Bird y su madre. También se siente en comentarios que hacen personas que la rodean.
Al hacer Lady Bird, Gerwig dijo que quería hacer un filme que contara historias que ya se han contado antes, pero de la perspectiva de mujeres (para ser exacto, dijo que quería hacer un 400 Blows o Boyhood, pero de la perspectiva femenina). Quizás es por esto que el filme funciona tan bien; por que, aunque no debería ser así, la perspectiva femenina es casi inexistente en el cine hoy día.
Si los otros premios siguen la línea de los Golden Globes, es probable que Gerwig no sea nominada como mejor directora. No solo Gerwig brilla como directora; lo hace mucho mejor que algunos de los otros directores nominados. Si disfrutan de los filmes que siguen a adolescentes tratando de encontrar su lugar en el mundo; o disfrutan de un guión honesto, o real; si disfrutan de beunas actuaciones, buena banda sonora, buena dirección, entonces vean Lady Bird; es de lo mejor que verán este año (nota: la reseña fue escrita en 2017, así que a ese año es al que me refiero).
Vivo en el cine.
Comments are closed here.