Abro esta reseña aclarando que no me he tomado el tiempo de ver trabajo de Luc Besson como director. Al pasar por su filmografía en IMDb, me di cuenta que la única película que he visto de Besson, fue Lucy. Sé que el cineasta es el creador detrás de dos de los, probablemente, filmes más famosos de los 90s: Léon: The Professional y The Fifth Element. 3 años después de Lucy, llega Valerian and the City of a Thousand Planets.
Besson está clasificado como uno de los cineastas del movimiento Cinéma du look. Esto es, películas con estilo sobre sustancia, las que favorecen el espéctaculo sobre la narrativa. Valerian cae en esta categoría.
Indudablemente, la película es una maravilla visual. Aunque hay varios modelos CGIs que pudieron verse mejor, Valerian merece ser vista en la pantalla más grande posible. El filme abre con una raza alienígena, que parecen una versión más pálida de los Draags de Fantastic Planet (1973), y con la destrucción de su hogar. Desde esta secuencia, que dura unos 5 minutos, es obvio que el filme será un deleite para nuestros ojos, especialmente si lo que te apasiona del cine es la cinematografía.
De ahí pasamos a nuestros personajes, Major Valerian (Dane DeHaan) y Sergeant Laureline (Cara Delevingne). El filme recae sobre estos personajes, pero lamentablemente DeHaan y Delevingne carecen de química hasta, quizás, los últimos segundos del filme. Ninguno de los dos es muy buen actor (Cara parece que no puede hacer gestos faciales mientras habla, y DeHaan parece no tener ninguno), pero es evidente que ambos funcionan mejor cuando están alejados el uno del otro.
El guion, escrito por el mismo Besson, ni se inmuta en desarrollar a dichos personajes (ni a ellos, ni a nadie más). De Valerian sabemos dos, quizás, tres detalles que van dando a través del filme de dos horas y veinte minutos (de los cuales treinta se sienten demás), pero de Laureline no sabemos absolutamente nada. Al empezar la película, Valerian da un vibe de Captain Kirk (de Star Trek), pero al acabar el filme es obvio que el personaje no es, ni tan carismático, ni tan memorable como Kirk.
El elenco del filme también cuenta con Rihanna, a quien no había visto desde Battleship (ew); Clive Owen, que es un súper actor, pero aquí solo sale por, como mucho, 7 minutos; y Ethan Hawke, que también sale brevemente, pero se ve que no se está tomando el rol muy en serio, y se divierte en el proceso.
En Valerian se presentan miles de razas alieníginas, de las cuales Besson pudo haber sacado una mejor historia. Lamentablemente, de todas las especies, el cineasta francés decide utilizar a los humanos como personajes principales. Desconozco porque Besson decidió hacer esto, que convierte la historia del filme en una que ya hemos visto una y otra vez. Quizás esto se debe al hecho de que él tuvo que buscar el dinero para el filme por su cuenta, y no contaba con mucho, pero no pude evitar pensar en esto varias veces durante la película.
Valerian es un buenísimo ejemplo de estilo sobre sustancia. Besson le hace honor a su lugar en el movimiento del Cinéma du look. Es una historia que, de tantas veces contada, aburre, y con un elenco mediocre, en el mejor de los casos. Si no fuera por sus visuales, diría que la vieran en la comodidad de su hogar, donde se pueden quedar dormidos si gustan. Pero definitivamente es mucho más fácil ignorar las partes débiles del filme (casi todo), y entrar al mundo de Besson cuando lo ves en la gran pantalla.
Vivo en el cine.
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