La película de Spider-Man del 2002 fue la primera película de superheroes que vi en el cine, y quizás la primera del género que vi en mi vida. Para un niño de 6 años, esto era lo mejor que había visto. No sé si recuerdan, pero para ese entonces Marvel no lanzaba películas cada dos meses. De hecho, no había lanzado ninguna película en lo absoluto. En el comienzo de los 2000s, la compañía de comics estaba en quiebra y tuvo que vender los derechos del arácnido a Sony para no cerrar.
Fast-forward a 2017; ahora los papeles se invierten y Sony es quien hace un trato con Marvel para traer al héroe al MCU, y así salvar a la casa productora de la quiebra. De esto sale Spider-Man: Homecoming, una de las tantas y tantas películas de superheroes que estrenan en estos tiempos.
Homecoming es, como mencioné, la primera película de Spider-Man como parte del MCU, pero, gracias al cielo, Marvel sabe que ya sabemos la historia del héroe y no pretende contarla otra vez. El guion, escrito por Jonathan Goldstein, John Francis Daley, Christopher Ford, Chris McKenna, Erik Sommers, y el director, Jon Watts, menciona partes del origen del personaje, como cuando Peter Parker le está explicando a alguien que fue mordido por una araña, pero no hace de esto la historia del filme.
Dicho guion, escrito por las cinco personas mencionadas, es lo más débil de la película. Contrario a muchos filmes del MCU, Homecoming se siente, casi, como un filme de comedia. Aunque los chistes de Marvel funcionan en las películas con un tono más serio, siento que en Spider-Man: Homecoming, 90% de los punch lines no funcionan porque vienen casi uno detrás del otro.
En el departamento actoral, Tom Holland interpreta al mejor Spider-Man que ha existido en la pantalla grande. El actor de 21 años posee una energía que se ve en pantalla, la necesaria para poder interpretar a Spidey de la forma en que debe ser interpretado. Además, como un bono para los comicbook fans, el Spider-Man de Homecoming es casi como sacar al Spider-Man de los comics y ponerlo en una pantalla.
El elenco también cuenta con Jon Favreu, Robert Downey Jr., Donald Glover, a quien desperdician en un papel secundario, y a Michael Keaton. La carrera de Keaton parece seguir en su buena racha, luego de haber dado un súper performance en Birdman. Aunque Vulture es otro villano desechable en el panteón de Marvel, Keaton es una maravilla interpretando villanos. Su performance en Homecoming no es la excepción.
La dirección de Watts, contrario a la de Raimi en la trilogía original, carece de estilo propio (de hecho, hay varias cosas que se parecen hacer alusión a la trilogía de Raimi), y sufre del mal de la mayoría de los filmes de acción modernos: la edición súper rápida que hace difícil apreciar lo que está en pantalla. A pesar de esto, el tono del filme se siente similar a las películas de John Hughes, o a la serie Freaks and Geeks, ambas inspiraciones de Watts para este filme.
Aunque es lo más débil del filme, el guion tiene sus sorpresas, lo que hace que los últimos 30 minutos del filme sean lo más interesante. Con Doctor Strange y Guardians of the Galaxy, Vol. 2, vimos un lado diferente del MCU al que hemos visto hasta ahora. Ambos filmes nos llevaban a mundos en otras galaxias y partes del universo, y se sentían casi como filmes de ciencia ficción, y no del genero de superheroes. Y aunque a la larga la historia de los Avengers terminará fuera del planeta Tierra, Homecoming sigue la misma fórmula que todas las películas del género que salen al año.
Los tráilers y los pósters venden a Homecoming casi como Iron Man 4, pero menos mal, no lo es. Spider-Man: Homecoming se concentra en Peter Parker y su crecimiento como Spider-Man, y me alegra que así sea. Este es un digno ejemplo de cómo el mercadeo de una película puede ser, hasta cierto punto, engañoso. Si vas a ver el filme esperando ver mucho de Robert Downey, Jr., déjeme decirle que el actor sale como por, más o menos, 10 minutos.
Spider-Man: Homecoming es una película okay. No me cabe la menor duda de que hará mucho dinero, y ya sabemos que hay una secuela en pre-producción. Las bromas se vuelven monotonas luego de un rato, y los personajes, especialmente el villano, carecen de profundidad, pero la película funciona como blockbuster veraniego, entretiene, eso no lo puedo negar. A fin de cuentas, eso es lo que uno busca en un filme de superhéroes. Homecoming no es lo mejor que ha hecho Marvel, pero tampoco es lo peor. Se queda en esa zona gris, de películas que se olvidarán hasta que salgan en Blu-Ray y luego se olvidaran otra vez.
P.S. Quédense hasta después de los créditos, Homecoming tiene una de las mejores escenas post-créditos del MCU.
Vivo en el cine.
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