“Zapatero a su zapato”. Odio ese refrán, porque implica que estamos limitados a nuestras capacidades. Por otro lado, si yo me metiera a un ring de artes marciales con mis 90 libras de mondongo en exceso y diez cigarrillos diarios, me encontraría con una merecida escarpiza, así que mejor me quedo escribiendo aquí. De la misma forma, Transcendence es un perfecto ejemplo de que ser un excelente cinematógrafo no significa que puedas ser igual de bueno como director.
Johnny Depp interpreta, si así se puede decir, a Steve Jobs “Will Caster”, un genio de las computadoras que asegura estar a punto de lograr la soñada inteligencia artificial que iguale o hasta supere la capacidad de conciencia humana. Cunado sufre un ataque de un grupo que exige que todos nos desconectemos de la tecnología, su esposa “Evelyn Caster” (Rebecca Hall) decide subir su conciencia al programa que ambos estaban desarrollando con la ayuda de su amigo “Max Waters” (Paul Bettany).
Transcendence trata de establecer unas premisas que suenan interesante aunque las hemos visto antes mucho mejor manejadas como en Ghost in the Shell, The Matrix y, en cierta manera, Terminator. La idea de computadoras que alcancen el nivel humano o la unión de ambos siempre es interesante pero, el problema aquí es sencillamente la ejecución; el filme hace las preguntas pero, no es lo suficientemente inteligente para contestarlas.
Entre los varios problemas de Transcendence, el peor es que el inconsistente guion de Jack Paglen ni siquiera se decide en lo que quiere presentarnos; lo que comienza como un drama se convierte en suspenso, en un momento, romance, cambia sin aviso a acción y termina en de nuevo en drama sin coherencia entre movidas. Es como si hubieran querido abarcar de todo y atraer a cuanto sector demográfico hubiera sido posible y termina aburriendo a todos por igual.
Esta es la primera película dirigida por Wally Pfister quien lleva tiempo haciendo un excelente trabajo como cinematógrafo, mayormente en los proyectos de Christopher Nolan (quien prestó su nombre como productor ejecutivo), tales como Inception y The Dark Knight, así que si los visuales se les hace familiar ya saben porque. De hecho, son lo único bueno del filme.
A veces sospecho que Johnny Depp lleva una competencia con Keanu Reeves para ver cual de los dos se ve más aborrecido y apático haciendo su trabajo. Al menos en este filme hace sentido que interprete a una maquina sin sentimientos ni emociones pues de todos modos lo lleva haciendo en los últimos tres o cuatro años. El resto del elenco hace lo que tenían que hacer para cobrar su cheque y ya.
Quizás en manos más expertas, Transcendence hubiera sido un interesante estudio de la humanidad y lo que nos define como seres conscientes. Lamentablemente ese no es el caso, y lo que tenemos aquí es un tedioso y fallido intento de ser profundo.
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Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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