Sr. Ramos Perea, yo no me uniré a las miles de voces que se han alzado en los últimos días tras su despido, justificado por Univisión Radio con una reestructuración de sus espacios radiales, aunque es más que evidente que le han despedido por sus declaraciones en contra de Santini, alcalde de San Juan, y de Sandra Torres, presidente de la Junta de Reglamentadora de Telecomunicaciones.
Como he dicho anteriormente Sr. Ramos, no me uno a la petición del pueblo, porque como usted dice, “cuántas veces se han equivocado las mayorías”. Usted se merece que lo despidan por varias cosas:
Por tibio, porque Sr. Ramos, no se puede mandar a alguien a la “ñoña”, cuando lo que tenía que haber hecho es mandar la tal Lcda. Torres, a la “puta mierda”…, porque Sr. Ramos, una persona que dice que algo obsceno es: “Cuando una persona promedio según los estándares comunitarios actuales de Puerto Rico, debe considerar ese material como uno que es lascivo, que el material debe de escribir o representar de manera evidente un componente sexual definido de manera específica, y que el material como un todo debe carecer de un importante valor litererario, artístico, político o científico”, merece que la manden como mínimo “a mamarla”, “a cagar”, o “a tomar por el culo”. ¿Pero qué carajo es una persona promedio?,¿La suma de varias personas de distintas ideologías dividido entre el número de esas personas?,¿Inhábil?,¿Imbécil?, ¿Sólo eso Sr. Ramos? Coño, ya que presume de escritor, su vocabulario debe contener algún epíteto que represente mejor las cualidades de esta lerda, iletrada, y neofascista.
También se merece que lo despidan por equiparar a Puerto Rico a una dictadura y por tanto al Sr. Fortuño a un Dictador. Sr. Ramos, los dictadores tienen fama de crueles y macabros, pero todos los grandes, desde Julio César, que destacaba por su capacidad de liderazgo y estrategia, hasta Hitler, por su oratoria, tenían alguna cualidad. ¿Me quiere decir qué cualidad encuentra usted en Fortuño, Sr. Ramos? Busque, y si encuentra alguna me la cuenta y hablamos con Univisión para que lo readmita.
Finalmente, debería estar en la cola del desempleo por aceptar un trabajo para el cual esta sobrecualificado. Sr. Ramos, yo no sé si necesita dinero o qué carajo, pero una persona que certeramente es capaz de establecer “que las mayorías se equivocan” o que utiliza también muy acertadamente la expresión “institucionalizar la censura”, ante la barbaridad de la Lcda. Torres (que dicho sea de paso, espero que no sea licenciada en la UPR, porque ese sólo hecho haría de la universidad merecedora del cierre inmediato y de la retirada de todas sus acreditaciones) de requerir al pueblo cartas para censurar, y aplacar la “lasciva” y “obscena” canción de Calle 13, no debe trabajar en una cuadra de semejante calibre.
Sr. Ramos, con todos los respetos, me alegro que le hayan botado, su silla pasará ahora a ser ocupada por una persona que realmente se la merece, quizá con las carácterísticas que Calle 13 menciona en su canción refiriéndose al alcalde Santini, que nada tiene de malo sentar a un periquero en un programa de radio, eso sí, sin que utilice un lenguaje vulgar, obsceno, o fuera de los “estandares culturales del Puertorriqueño medio”. Lleno está el mundo y la historia de periqueros ilustres como Maradona, Amy Winehouse, George Bush, o Marco Pantani.
P.S. Todas las palabras que se usan en esta carta (incluso “ñoña”) aparecen en la edición vigente de la Real Academia de la Lengua, y han sido utilizadas en diversas publicaciones por autores ilustres a lo largo de la historia como Camilo José Cela o Fernando Fernán Gómez. Nadie está autorizado a modificar una sóla coma de la carta, y muchísimo menos a poner sustituir letras por asteríscos, como por ejemplo la palabra p***, por la palabra puta. No sólo me reservo el derecho de actuar judicialmente ante cualquier persona física o jurídica que modifique en todo o en parte el texto original, sino que considerare al editor/censor un profundo idiota.
Por último, y a modo de repaso para aquellos que no escucharon las expresiones hechas por Perea, aquii las incluyo.
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