Más o menos como para la mitad de Fantastic Four, me puse a pensar sobre lo bien funcionaria la nueva versión como una serie de televisión. Preferiblemente en Netflix, libre de los arcaicos y arbitrarios límites tradicionales del medio. En su lugar, Fantastic Four se siente como una película que fue obligada a ser de superhéroes cuando quiso ser otra cosa y termina su historia tirando un berrinche expresado en una insípida secuencia final de acción (la única del filme, por cierto) repleta de clichés y CGI.
Inspirada mayormente en la iteración Ultimate Fantastic Four de los cómics, la película nos presenta a Reed Richards (Miles Teller) cuando niño; un genio demasiado adelantado a su tiempo que, junto a su nuevo amigo Ben Grimmes (Jaime King), logra inventar la teleportación. Años más tarde, cuando es reclutado por la “Fundación Baxter”, Reed descubre que en realidad logró la transportación inter-dimensional, uno de los descubrimientos ms importantes en la historia de la humanidad que podría significar la salvación de nuestro mundo.
Co-escrita por su director Josh Trank (Chronicle), Simon Kingberg (X-Men: Days of Future Past) y Jeremy Slater, Fantastic Four comienza como una aventura de ciencia ficción que, en la última media hora recordó que tenía que ser de superhéroes, forzando la historia a enfrentamientos, dejando atrás el desarrollo de su personajes, especialmente el de Richards. Los Cuatro Fantásticos es mayormente una historia de origen, y en esas es permitido una cantidad de exposición, El problema es que el filme entero es exposición, y solo es hasta los últimos minutos que vemos una semblanza de acción en equipo.
Cinco de los mejores jóvenes actores en ascenso participan en este filme, aunque el mejor tratado es Teller, pues su Reed es prácticamente el protagonista de la historia. Fantastic Four son de los héroes más antiguos y conocidos, así que en lugar de presentarnos lo que ya conocemos, trata de mostrarnos una visión alterna de sus principios. Teller está muy lejos de ser una figura paternal de autoridad como Richards, aunque vemos vestigios sutiles de ese futuro en su trabajo. Igualmente, King interpreta a Grimmes como ese tipo de persona que no necesita demostrar que es genuinamente rudo porque lo sabe.
Mientras que el clásico “Johnny Storm” es el chico inmaduro que solo quiere divertirse. En esta versión es Michael B. Jordan quien le da su toque para expresar una versión inmadura más inclinada a la frustración y la rabia. La peor tratada es “Sue Storm” que, literalmente es puesta de lado una vez que ocurren los hechos que le dan sus poderes. Toby Kebbel interpreta a Victor Von Doom como un genio con problemas de ego que no es tan malvado sino desconfiado del mismo sistema para el que trabaja.
Si fuera una serie de televisión, la hora y 46 minutos de Fantastic Four funcionaria como un buen piloto que nos deja listos para el próximo capítulo donde el equipo finalmente se pone en acción. En su lugar, llegan los créditos y el recordatorio de que, en la era moderna, el concepto de “oscuro y misterioso” no funciona con todos los superhéroes.
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Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
1 Comment
¿Viste esas películas en las que no pasa nada? Bueno: así. Personajes fantásticos como los F4 totalmente desaprovechados por los guionistas, por los productores, por el director, por los actores. 45 minutos de película sin superpoderes. Apenas obtienen sus poderes: “1 año más tarde…”.
Los personajes no tienen un drama, ni siquiera personalidad. Mirando la película pensaba “Podrían morir ahora, ¿no?”. Aunque la verdad no hay suficiente riesgo de muerte en ningún momento.
La película es mala sin tener en cuenta que Sue es adoptada y teñida, Jonny es negro y Ben está desnudo. El lado positivo es que es tan mala que no la podemos tomar en serio. Es casi una parodia de los F4. No sufrí viéndola. ¿Recuerdan el Dr. Doom de la primera película? En esta cometieron los mismos errores. El malo es malo porque sí y los buenos… Bueno no son muy admirables. No se crea ningún lazo, ninguna tención.
Disculpenme que insista. No quiero hacerles perder tiempo. Están esas películas que tienen unos minutos de introducción antes de que aparezca el título. Bueno, podríamos decir que esta película es como una de esas introducciones pero muy larga. Si la miran, me van a dar la razón.