Dice una leyenda urbana que, aunque su crédito es solo de productor ejecutivo, Steven Spielberg estuvo tan envuelto en la filmación de la Poltergeist original que fue quien verdaderamente dirigió la clásica película de horror en lugar de Tobe Hooper.
Menciono esto pues mientras veía la nueva versión sentía el espíritu (¡ja! ¿Vieron lo que hice? Soy demasiado cool) de Sam Raimi, uno de los productores, en casi todo momento aunque el director fuera Gil Kenan y el guionista David Lindsay-Abaire. Eso no es nada malo, todo lo contrario; Poltergeist esta entretenida, con muchos buenos momentos que honran la original mientras adapta la historia a un entorno moderno y tecnológico.
La familia Bowen se muda un nuevo vecindario muy por debajo de su vida anterior luego de que el padre (Sam Rockwell) perdiera su trabajo. Como si adaptarse a un nuevo ambiente y estilo de vida no fuera suficientemente estresante, los Bowen descubren que no son los únicos inquilinos; su nueva casa resulta ser el portal a otro mundo donde espíritus llenos de rabia intentarán usar a “Madison” (Kennedi Clemente), la niña más pequeña, para alcanzar otro plano de existencia, y usarán cualquier método necesario.
La primera diferencia entre la Poltergeist original y esta versión nueva versión es el ritmo. Eso es bueno y malo al mismo tiempo, mientras que Hooper fue montando el ambiente y preparando la audiencia para los momentos claves, esta nueva versión es mucho más acelerada, lo que ayuda a no estar consciente del factor tiempo. Por otra parte, nos da menos de este para conocer la familia y asimilar lo que estamos viendo. Quizás sea mi preferencia por efectos prácticos, pero los efectos de computadora hacia el final no ayudan a mantener el ambiente de terror pues son demasiado obvios.
Por otro lado, lo primero que Poltergeist hace bien es presentarnos a los Bowen. Sam Rockwell se la come como “Eric”, un tipo simpático, carismático y genuinamente dedicado a su familia que, por primera vez en su vida, tiene que lidiar con la culpa de no poder mantenerla económicamente. El resto del elenco hace muy buen trabajo, especialmente Jared Harris, quien se nota que se divirtió interpretando al médium “Carrigan Burke”.
Poltergeist funciona mejor cuando mueve la historia de forma distinta que cuando trata de adaptar los momentos más conocidos del primero. La escena del espejo y el padre vienen a la mente. También me sorprendió lo mucho que me hizo reír, nadie sabe sacarle lo gracioso a un momento de miedo como Sam Raimi. Quizás es porque he visto tantas películas de horror que Poltergeist nunca me tuvo realmente asustado, aunque si en tensión en unas cuantas partes.
Entretenida, con buenos momentos de tensión y brincos, un carismático elenco y una excelente banda sonora de Marc Streitenfeld, harán de esta nueva versión de Poltergeist un muy buen rato para pasar el cine. Si eres fan del horror, es una fantástica opción para este fin de semana. Chocarreramente recomendada.
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Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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