No debe ser fácil ser una sombra de tus propios éxitos. En el 2009, un director desconocido de nombre Neill Blomkamp nos entregó una cinta de ciencia ficción de proporciones épicas y colosales como nunca antes vista en el cine. District 9 se convirtió rápidamente en un hito, marcando un nuevo camino en las historias de extraterrestres en la pantalla grande. Lograr una cinta tan buena como esta toma tiempo, mucho, no sale de la nada, y lo vimos con Elysium, la segunda cinta de Blomkamp que es el polo opuesto de la primera. Hoy llega a nuestras salas de cine Chappie, el tercer intento del joven director de Johannesburgo, Sudáfrica, quien se inspira en su cortometraje “Tetra Vaal” (2004) para tratar de salir del hoyo que supuso su segundo largometraje y apuntar al éxito que fue el primero.
Chappie nos transporta a Johannesburgo, en un futuro tan cercano como el próximo año, 2016. En esta ciudad, la ley se hace cumplir gracias a un grupo de robots conocidos como “Scouts” quienes dan la mano a la policía para patrullar las calles, realizar todo tipo de intervenciones para mantener el orden.
La empresa encargada de estos androides lo es el fabricante de armas Tetravaal (guiño a su cortometraje). Su creador, Deon Wilson (Dev Patel), está terminando un revolucionario programa de inteligencia artificial (AI) pero su jefa, Michelle Bradley (Sigourney Weaver) le niega su solicitud para probarlo en un robot policía. Decidido a probar su muy prometedor programa, y antes de que sea destruido, Deon roba el robot número 22, el cual fue dañado recientemente durante un operativo. Aquí las cosas comienzan a complicarse (y de que manera) cuando de camino a su casa, es secuestrado por un grupo de mafiosos (el grupo de música sudafricano, Die Antwoord), quienes aprovechan a Deon para que repare el robot, teniendo como resultado a Chappie (Sharlto Copley). El nuevo androide con inteligencia artificial comienza a criarse con el trío de secuestradores y empieza a aprender de ellos las malas —y buenas también— lecciones de la vida ruda y el bajo mundo.
Por si con esto no fuera suficiente, las cosas se complican aún más para Deon cuando Vincent (Hugh Jackman), un compañero de trabajo celoso se da cuenta de lo sucedido. Este trata de aprovechar esto a su favor para adelantar su propio proyecto, un mega-ultra-aparatoso robot destructor que es controlado a distancia por conexiones neuronales.
Aunque parezca lo contrario, la trama es simple de seguir, bastante. El problema con esta comienza en lo torpe que es contada, errores de guión, — Blomkamp también fue responsable de este junto a su esposa Terri Tatchell (tengamos en cuenta que este mismo duo escribió la fenomenal District 9)— y de los muchos conceptos que toca.
Y es que en Chappie, Blomkamp toca demasiados temas que van desde lo simple como: la familia, la amistad y la injusticia social, hasta temas muchísimo más profundo como el miedo a la inteligencia artificial, la relación hombre-robot, la inmortalidad, qué realmente somos (carne y huesos o una conciencia), hasta lo crueles que pueden llegar a ser los humanos a lo que les es diferente.
Sí, Chappie explica todo esto y un poco más, pero se enreda ella misma tratando de decirnos cuál es el mensaje central.
Esta tercera película del director de District 9 no es del todo mala y tampoco es el desastre que fue Elysium. Dentro de ella hay muchas cosas que se disfrutan ciertamente como referencias y mucha creatividad valentía. Pero sin duda alguna, quien logra ganarse al público y enderezar la película lo suficiente para que no se estrelle como la anterior es precisamente Chappie, el simpático robot que es algo así como E.T y Number 5 (Short Circuit) que nos hará reír, sufrir y hasta pensar con algunas de las líneas que tira. Curiosamente, y algo que no logro entender es la línea promocional de la cinta que lee: “La última esperanza de la humanidad no es precisamente humano” y es que, verán, Chappie no trata de salvar a la humanidad en ningún momento, quizás si a la ciudad manteniendo el orden cuando era un mero robot policíaco que recibía ordenes, pero este androide lo que quiere es salvarse él y a los suyos. La vida es demasiado complicada para él y no logra entender por qué esta vida es un caos tan grande como lo es la cinta que protagoniza.
Sharlto Coppley es genial hasta haciendo de robot. Lamentablemente, el resto del elenco no logra brillar como él, incluso teniendo talentos para explotar como Jackman y Weaver y explotando demasiado en pantalla a una pandilla muy caricaturesca que, a mi mejor entender, es el desacierto más grande de esta cinta. Blomkamp, aquí es víctima de su propia creatividad.
Como decía al comienzo de esta reseña, es muy difícil brillar cuando tu porfolio empieza con una obra maestra. Es muy difícil salir de la sombra que hace un éxito como District 9. Con esto no trato de justificar Chappie, pero tampoco digo que es el desastre que muchos dicen. Entretendrá bastante a un buen grupo, pero aquellos cinéfilos que quedamos maravillados por su primera obra, se quedarán pidiendo un poco más. Si tuviera que recomendarla, diría, tratando de jugar a nuestro amigo El George, robóticamente recomendada… aunque ya tienen un manual para no enredarse.
Aprovecho para dejarles el corto Tetra Vaal, el cual inspiró la cinta Chappie.
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Founder & Commander-in-Chiief de QiiBO.com. Tras más de una década como publicista decidí seguir mi propio camino profesional. Ahora sigo el consejo de un genio, hago el trabajo que me gusta.
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