Creer en un Dios —o varios— o simplemente no creer en ninguno, ha sido tema de discusión por siglos. Life of Pi, la nueva película del director Ang Lee y basada en el libro homónimo de Yann Martel, nos presenta un relato fantástico sobre el por qué los humanos creemos en algo —que no necesariamente Dios— aunque a veces lo neguemos o ni siquiera sepamos que lo hacemos indirectamente.
Life of Pi nos muestra la increíble historia de Pi Patel (Suraj Sharma) —de quien no diré de dónde nace su nombre completo pues me parece que es un detalle para disfrutar— un joven que emprende un viaje desde India junto a su familia y el zoológico que manejan hacia Canadá. Durante el viaje el barco naufraga quedando como únicos sobrevivientes, en un pequeño bote salvavidas, Pi y un tigre de bengala. Así como muy bien dicen los cortos, el resto de la historia es increíble.
El director nos trae un relato tan fenomenal y fantástico como hermoso pero también nos hace reflexionar sobre el mensaje que nos transmite en su interior. Life of Pi nos muestra una historia de supervivencia excepcional que navega en las aguas profundas de lo que significa la fe en nuestras vidas. Quizás el reto más grande para David Magee como guionista no solo era adaptar esta complicada historia, sino el no hacer naufragar el mensaje. Y lo lograron.
Ang Lee es de esos nombres que muchas veces pasan desapercibidos ante el ojo del público general para, con el tiempo, ser sustituido con otros nombres como “Crouching Tiger, Hidden Dragon” o “Brokeback Mountain”, por mencionar algunos. Es un director que nos ha sabido dar películas memorables y Life of Pi es otra más para su lista de triunfos.
Los efectos visuales son, a simple vista, el gran protagonista de esta historia. Estos son ayudados en gran manera por la hermosa fotografía de Claudio Miranda, un formato 3D estúpidamente bien logrado, los cuales a su vez ayudan a llevar una historia que si bien en ocasiones vacila con el ritmo nunca llega a aburrir en sus poco más de dos horas. No obstante, de mencionar está la actuación de Suraj Sharma que, aunque no ganará un premio como actor del año, sobresale por ser un novato que nos brinda una interpretación con todo el corazón, sincera y muy creíble. Quizás los más creíble de esta extraordinaria historia.
El filme no busca enseñarnos sobre religión; si existe un dios (o varios) o no, es un debate que permanecerá presente por siempre. Como humanos al fin, confiamos la mayoría del tiempo en nuestro sentido visual, el cual apoyamos con los otros cuatro, y si estos no perciben algo fácilmente, lo decartamos. Muy sutil y de la manera más fantástica posible, Life of Pi nos dice, todos creemos aunque no lo creamos.
Founder & Commander-in-Chiief de QiiBO.com. Tras más de una década como publicista decidí seguir mi propio camino profesional. Ahora sigo el consejo de un genio, hago el trabajo que me gusta.
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