Imagínense que están en una fiesta: de momento llega un chico vestido con un traje azul chifón con volantines y tú piensas “este vino a relajar y a tripear”…pero no, él quiere que lo tomen bien en serio. Eso es Abraham Lincoln: Vampire Hunter.
Basada en el libro homónino de Seth Grahame-Smith quien también escribió el libreto, este es el tipo de película que tú esperas sea tan absurda como el nombre. Sin embargo, la sorpresa es que pretende que la tomes en serio como si fuera una anécdota real. El problema con eso es que depende demasiado de cuanto estés dispuesto a suspender tu incredulidad para disfrutar de la historia. Hablando de eso, Abraham Lincoln: Vampire Hunter es exactamente lo que dice, las memorias “secretas” del decimosexto presidente de EU y su lucha por salvar al país -y quizás hasta el mundo entero- de la amenaza de los vampiros.
Cuando era un niño, “Abe” [Benjamin Walker] es testigo de como un vampiro asesina a su madre en venganza por una deuda de su padre. Al crecer, busca al responsable pero casi pierde la vida sino es por “Henry Sturgess” [Dominic Cooper], quien lo salva en el último momento. “Sturgess” comparte su odio por los vampiros y decide entrenarlo para convertirlo en el cazador más letal de la historia. “Abraham” pasa varios años eliminándolos por instrucciones de “Henry” pero eventualmente decide que su lucha contra las criaturas de la noche seria más eficaz dentro del ruedo político lo que hace, hasta llegar a ser presidente para lograr la abolición de la esclavitud ya que ha descubierto que los vampiros utilizan a los esclavos como fuente interminable de comida. En circunstancias que no voy a revelarles, “Lincoln” también descubre un peligroso complot de los vampiros para conquistar el mundo empezando por Estados Unidos lo cual lo lleva reanudar su guerra personalmente contra éstos, usando sus útiles y muy filosas hachas.
Si lo anterior les suena absolutamente descabellado, no están equivocados. Lo es. Pero en lugar de aprovechar eso, los responsables de esta película pretenden que todos, incluyendo a su audiencia, actúen como si fuera real. Si esperas aunque sea un chiste que mencione lo irracional del concepto, no aguanten la respiración mientras tanto porque no lo hay. El problema es que eso impidió cualquier elemento del filme a disfrutar; imagínense lo disparatado que es que en una línea del diálogo se hable de la “proclamación de la emancipación” como arma contra los vampiros sin que nadie reaccione como si fuera la cosa más estúpida que ha escuchado en su vida.
De hecho, es tan adrede que me hace cuestionar: ¿Acaso los responsables de esta película cogieron miedo de que los acusaran de burlarse de la figura de Lincoln? En casi todas las encuestas modernas, Abraham Lincoln es mencionado como el presidente más respetado y querido pero es conocido que padecía de episodios de depresión y al igual que su esposa, Mary Todd, hay una probabilidad de que fuera bipolar. ¿Será que después que aprobaron el proyecto prefirieron evitar controversias al presentar al “libertador” en un aire de comedia? ¿Les dio miedo que los acusaran de racistas? Me hago estas preguntas porque aunque no leí el libro, la mayoría casi absoluta de las reseñas mencionan el humor con el que su autor combinó la historia real con el vampirismo. Quizás estoy viendo cobardía donde no la hay y la explicación es tan sencilla como producción mediocre.
No todo es completamente malo: Benjamin Walker [Kinsey, Flags of our Fathers] toma bien en serio su papel y hasta me dejó pensando que hubiera hecho un trabajo adecuado si esta fuera una biografía fílmica real del honesto Abe. Habiendo dicho eso, Walker ha hecho una carrera fuera del cine como comediante así que la lógica dice que usarían ese talento en el filme…O no lo supieron hacer o el tipo no es tan cómico como leí. Por cierto, desde que lo vi en pantalla no pude dejar de pensar lo mucho que se parece a Liam Neeson, si algún día hacen una precuela o un spin-off de Taken o “Qui-Gon Jinn” en Star Wars: Before The Phantom Menace ruined everything, Walker sería perfecto.
El resto del elenco funciona dentro de lo que el libreto pedía; Dominic Cooper [Captain America, An Education] y Mary Elizabeth Winstead [Deathproof, Scott Pilgrim vs the World] son lo suficiente carismáticos para tratar de hacernos ignorar lo ridículo de sus diálogos y en el caso de Winstead, lo fingido de su acento sureño…cuando recuerda que lo tiene que hacer. Mientras tanto, Rufus Sewell [Dark City, A Knight’s Tale] está cómodo en su encasillado papel de villano. La modelo de Victoria’s Secret, Erin Wasson, me sorprendió al interpretar mi vampiro favorito del filme, la tenebrosa y malvada “Vadoma”.
El otro punto casi positivo es que la mayoría de la escenas de acción son entretenidas peeeeeero, el uso exagerado de la cámara lenta afecta más de lo que aporta, especialmente cuando en la segunda parte del filme están más separadas entre sí. Detesto ver películas en 3D pero esta vez no me molestó y hasta algunos momentos siento que añadió a la experiencia, especialmente una secuencia en un tren casi al final del filme. Irónicamente, esta es la mejor película de Vampiros que he visto en el cine hace bastante, pero eso es más bien triste, porque nos dice lo devastado que está el género gracias a ustedes-saben-que.
Abraham Lincoln: Vampire Hunter pudo ser una buena película; en las manos de un director que aprovechara más su absurdo concepto tal como Matthew Vaughn [Stardust, Kick-Ass], Phil Lord y Chris Miller [21 Jump Street] Sam Raimi [Army of Darkness] o Edgard Wright [Shaun of the Dead, Scott Pilgrim vs. The World] pudo ser una divertida experiencia que combinara comedia con acción y hasta un poco de historia para aprender. Por lo contrario, la extraña decisión de hacerla pasar por una crónica real liquidó toda oportunidad de ser algo más que dos horas de aire acondicionado. En mi opinión, si no esperas mucho más que algunos momentos aceptables de acción y las escenas más decentes de vampirismo desde hace no se cuanto, pues adelante. Para el resto, aguarde a que llegue a su video club favorito.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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