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Ya lo dijo Salvador Dalí – un genio de su época – “los genios no deben morir.” Y no es hasta que lees titulares como los de ayer, Steve Jobs ha muerto, que uno realiza esas palabras.

Es difícil escribir esto, dado que ya prácticamente todo está dicho. Steve Jobs no solo fue un genio en Apple, fue un genio para todo el mundo. Todos los que disfrutamos de la tecnología saben el gran hueco que ha dejado. Todos los que disfrutamos de la tecnología saben lo increíble que fue esta última década.

“Apple ha perdido un visionario y un genio creativo, el mundo ha perdido un ser asombroso.”

Así reza la página de Apple para anunciar su partida y no podría estar más de acuerdo. Desde que se supo la noticia del cáncer de Steve, muchos medios y amigos se preguntaban, ¿qué será de Apple el día que Jobs muera? Yo digo, ¿qué será del mundo de la tecnología?

Siempre he sido amante de la pintura, esa es mi gran pasión. La tecnología solo desde que tuve mi primer iMac en el 98. Desde ahí mi vida fue otra pues entendí que esos productos que llevaban una manzanita no eran mero plástico, tornillos o colores bonitos. Pretendían ser lo que ninguna computadora, reproductor de música, o teléfono ha llegado a ser. Pretendían ser parte de tu diario vivir como si de tu mejor amigo se tratase.

Ayer leo un tweet de Barack Obama en el que menciona que no podía haber honor más grande para Steve y su exitosa carrera, que el ver como millones de personas se enteraban de su muerte, a través de uno de los dispositivos que él creo. Pero sí, lo hay, hay uno más grande todavía y es ver como millones de personas detienen Twitter, Facebook y prácticamente todo el Internet para desde sus iPhones, Macs, iPods Touch o iPads, expresar su pena y sus respetos.

Hoy ya solo queda su pensamiento y la huella que, literalmente, ha dejado en nuestras manos.

Sin más, graciias Steve.

Nota: Si quieren leer más sobre Steve Jobs, su carrera y lo que representa para Apple les dejo mi entrada: Pensamientos sobre un genio.