Tercero de una serie de 3 columnas de opinión relacionadas con el tema de la ‘legalización’ de las drogas.
Primera lectura relaciionada: Hora de encender. El debate de la legalización
Segunda lectura relaciionada: Hora de encender II: Otro argumento sobre la legalización.
Al hablar de las drogas en el Puerto Rico puritano del siglo 21, el boricua promedio identifica este problema con los deambulantes que están pidiendo en las luces o que inundan nuestros cascos urbanos, o peor aun, lo identifican con los operativos con nombres altamente comerciales como golpe al punto, celebrando cuando los “Junior Capsulas de la vida son apresados y encarcelados.
Ciertamente, estamos atrás y bien lejos en la discusión sobre este problema. Los encargados de la política pública salubrista del Estado han visto este problema como uno de números. Es decir, ¿Tenemos más adictos? pues hay que aumentar la fuerza policíaca y con ello aumentar el dinero para subvencionar programas para adictos. Volvemos a equivocarnos.
Desde hace décadas, el País ha estado tratando a sus adictos utilizando el sistema punitivo y haciendo cada vez mas difícil la rehabilitación, solamente enfocándose en una sola droga y dejando el resto para que el preso en instituciones como Hogar Crea, se rehabilite. El enfoque siempre ha sido la utilización de la droga metadona. Está altamente documentado que la popularidad de este fármaco, para el tratamiento de la dependencia, se ha incrementado gracias a la promoción de las farmacéuticas y terapistas que han recomendado su utilización.
¿El problema? La alta dependencia que genera, el seguimiento del enfermo y su costo. Recientemente la revista médica británica Lancet publicó un estudio compuesto por 127 personas que habian fracasado en tratamientos para dejar su adicción. Como parte del estudio, decidieron darles heroína inyectada en pequeñas cantidades o metadona. Después de seis meses, los sujetos que recibieron heroína fueron menos propensos a continuar tomando ilegalmente la droga que quienes recibieron metadona. Asi mismo como lees, el tratamiento fue la misma droga. En la actualidad de cientos de Países que utilizan la metadona como tratamiento para la adicción a la heroína, solo Gran Bretaña y Suiza le recetan heroína a algunos de su adictos para tratar su adicción.
No tan solo es que la propia droga tiene una mayor efectividad, sino, que también su costo socioeconómico es mucho menor. En el 2006, el Canadian HIV/AIDS Legal Network develó un estudio en donde detalla una serie de beneficios utilizando la heroína como tratamiento al adicto. Entre ellos destacan la disminución sustancial en los costos de salubridad y de criminalidad relacionada a la compra de substancias, un descenso marcado de los puntos de drogas y una mejoría en la integración del individuo a su entorno familiar social y profesional.
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Volviendo a Puerto Rico, lamentablemente la superficialidad a dominado el tema de la drogadicción por lo que es tratadao con pinzas por muchos sectores. En tiempos recientes, escuchamos a los fenecidos alcaldes a William Miranda Marin y Rafael Churumba Cordero abriendo la puerta para experimentar con la tolerancia en sus municipalidades. El profesor Gary Gutiérrez, experto en criminología, opinó que se tiene que comenzar un proceso de entender la sustancia.
EXCLUSiiVO: Entreviista a Gary Gutierrez
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Pero, aquí seguimos retomando el mismo enfoque, tratar al adicto con un medicamento. La nueva estrategia es la utilización de la Buprenorfina. Esta droga, de recién creación, fue ideada como analgésico. No es hasta el 2000, que el Congreso estadounidense aprueba el Drug Addiction Treatment permitiéndole a los médicos brindar tratamiento desde sus oficinas. A raíz de esto y debido al incremento sustancial de fondos federales, el Gobernador Luis Fortuño incluyo en el plan Mi Salud, el tratamiento con esta droga. Según la política pública de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción, (ASSMCA) su objetivo es dar mayor accesibilidad a tratamientos de avanzada como es la Buprenorfina dentro de un enfoque salubrista, viendo al paciente como un todo (enfoque biopsicosocial-espiritual).
Adolfo Rivera, médico especialista en el tratamiento de adicciones de la farmacéutica Schering-Plough dijo recientemente en el periódico español El Día, que la buprenorfina es un agonista parcial, que aunque alguien exceda la dosis prescrita no conseguirá un mayor bienestar, ya que “se ve muy limitado el efecto eufórico. Sin embargo, enfatizó que aunque los resultados han sido beneficiosos, hay una falta de consistencia en la data.
Así lo constato el estudio llamado Mantenimiento con Buprenorfina versus placebo con Metadona. Aquí se analizó y comparó los resultados de 24 estudios clínicos que concluyeron que la buprenorfina puede reducir el consumo de heroína comparado con el placebo, aunque es menos eficaz que la metadona, porque depende de las dosis que se utilice para el tratamiento.
Aunque es un buen paso, cientos de expertos coinciden en que se debe buscar otras alternativas. El problema es que nuestro puritanismo ideológico y social no nos permite discutir acertadamente estos planteamientos y nos seguimos quedando atrás. Para que tengan una idea, México, país que atraviesa por una de sus peores crisis de seguridad, ha abierto el debate de la legalización de la droga como una alternativa para atajar el crimen. Recientemente el ex presidente Vicente Fox propuso en su blog un plan de legalización como alternativa para ganar la batalla contra los poderosos carteles de la droga. En respuesta a eso, el actual presidente Felipe Calderón, señaló que aunque no cree en la legalización si entendió que el debate se debe hacer para así balancear y explorar los resultados.
Mientras el Mundo explora como bregar con sus adictos aquí seguimos mirando hacia ideas viejas. Sabemos que carecemos de ideas innovadoras, por ejemplo mientras el Planeta busca alternativas renovables para la generación de energía nosotros invertimos en un gasoducto. Pero seriamente, hay que abrir la puerta para dialogar inteligentemente sin dogmas, sin politiquería sobre las drogas.
¿Qué ustedes piensan? Speak your miinds.
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